El mundo según Romar

tareixa taboada OURENSE

OURENSE CIUDAD

Antonio Cortés

La plástica de Juan Manuel Rodríguez, en la Casa da Xuventude

21 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estoy con la cabeza contra el muro. Me convoco a mí mismo como quien mira un pozo. Vuelve un niño perdido por calles de humo, por pasillos blancos, trágico, con las mejillas tatuadas y fuegos pequeñitos en cada dedo...», Con pólvora y magnolias, Ferrín.

Juan Manuel Rodríguez, Romar, presenta en el Espacio Xove, en la Casa da Xuventude, la exposición titulada: As pililas, vivencias e outros desvaríos. El artista, a través de veintiocho obras, marca, por medio del canal expresivo del arte, su posicionamiento ante la vida, bajo la admiración por su padre y con gracia bohemia, resolviendo plásticamente cuestiones como la libertad, el fin de la cultura occidental, la infancia, la vejez, la ternura y el amor, el compromiso político, la desolación y la soledad.

Un relato autobiográfico y sincero mediante el que se recrean ambientes y personajes, a través de una técnica particular para cada obra, siguiendo un proceso de interiorización de cada elemento compositivo, textura, color o materiales de valor estructural, estético o conceptual, según sea su intención. Buscando «lo sublime», atrapa esta característica del Romanticismo decimonónico, en visiones de Lisboa, con una técnica paracinematográfica, en los distintos fotogramas que marcan el hilo narrativo, sobre un pavimento mojado y posimpresionista, en la textura empastada de la arrugada piel del anciano y en la expresividad de su gesto, protegiéndose de la lluvia de palabras con un paraguas oxidado construido mediante la suma de distintos elementos que no son puramente materiales pictóricos tales como cordones, telas? integrados en la composición a modo de colaje. Obra, que como otras, critica un sistema político corrupto y la crisis de valores de la sociedad occidental y su fracaso, contaminada y nociva por el irracional capitalismo deshumanizado de este oxidado y atroz mundo de canibalismo y carroña.

Romar, como escenógrafo y experto attrezzista, concreta los espacios, en la disposición de los objetos en las escenas de interior: Vida gatuna que subrayan con intensidad el discurso poético, crítico o de denuncia y en los espacios abiertos, visones y paisajes en una pintura de corte academicista y matizada por la luz: Ourense, Venecia, París, Londres? y las masas anónimas pasando sin dejar huella por esos no-lugares, metros, puertos? que dan forma al hábitat urbano, con la trampa del olvido.

El artista, trata de simplificar las formas como Matisse, para expresarse con mayor desnudez, aunque no renuncia a la cocina de la pintura ni al dibujo de trazo definitivo y contorno preciso.

Sus bañistas de movimiento congelado, sugieren compositivamente a las de Cezánne, en la consideración de que el arte es una percepción organizada por la inteligencia y la descomposición de las formas en volúmenes geométricos sintéticos. Por eso, en sus imágenes, también apreciamos la tensión entre dimensiones reales y falseadas o ilusorias, alterando y descentrando perspectivas, la convulsión de acuerdo a tramas regulares, en una simultaneidad de líneas, planos, dibujo y color.

Como hábil retratista, homenajea al ilustre y querido doctor Luis Gallego, humanista e intelectual ourensano y la inocencia de la infancia, en la despierta mirada de su nieto Edgar.

Antitaurino, critica ese aberrante espectáculo de crueldad y es ácido en una revisión de las Meninas en las que ironiza exagerando el brillo de las telas hasta convertirlas en disfraces y en galería de personajes esperpentizados: Rosendo, Julio Iglesias, Cospedal, Ana Mato, Tita Cervera, la Preysler y el propio artista.

Política y farándula las dos caras de la misma moneda. Su enfoque directo del material o del tema desvía cualquier otra consideración formal o simbólica. Subyace, sin embargo, una dimensión espiritual subestimada en una primera aproximación. Su obra, no es un trabajo de representación realista, sino más bien de identificación.

Constituye una reflexión sobre la naturaleza humana y sus traiciones.