El dueño fue arrestado en Ourense anoche tras arrojar al can a un contenedor
04 sep 2015 . Actualizado a las 15:58 h.Balú -nombre que le han puesto en la perrera municipal de Ourense- es un perro de dos años de raza setter inglés. Sigue vivo después de la paliza casi mortal que le propinó su dueño en la madrugada del jueves. La intención del propietario del can era, según aseguró a la policía, precisamente matarlo, porque le estaba dando un ataque y no quería verlo sufrir. Le golpeó con un cincel en la cabeza, produciéndole un traumatismo craneoencefálico, y como aún no moría, le dio además patadas y lo tiró por la escalera de su domicilio, en A Rabaza, al final de la avenida de Buenos Aires. Luego, creyéndolo muerto, lo tiró en un contenedor. Una vecina avisó, a las cuatro de la madrugada, a la Policía Local, que pudo rescatar al animal con vida y ponerlo en manos de la asociación Progape, que le dio cuidados veterinarios de urgencia. Tras una noche en coma, el animal estaba ayer por la tarde estabilizado.
Tras asistir al perro, la Policía Local identificó y localizó a su dueño, un vecino de la capital de 50 años. El propietario reconoció que le había golpeado con un cincel. Fue detenido -en el primer caso en el que se aplica esta figura en Ourense por un delito de maltrato animal tras la reforma del Código Penal- según fuentes policiales. El dueño, que padece algún trastorno psicológico, fue puesto ayer a disposición judicial y después quedó en libertad.
Cuando la veterinaria de Progrape acudió a asistir al animal este tenía el corazón a 260 pulsaciones y estaba en estado de choque, según explicó María Del Campo, responsable de la perrera. Sigue en observación y ya hay gente que se interesó por su adopción si se recupera.