El acusado se justificó asegurando que habían quedado para darle una lista de cosas que le hacían falta al niño
19 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Que el padre y la madre de un niño pequeño se reúnan -haya sido a instancias de uno u otro, pues los dos ofrecieron versiones distintas en su declaración judicial- cuando sobre el hombre pesa una orden de alejamiento, que le impide acercarse a menos de trescientos metros de su expareja, es un delito. Una sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 de Ourense castiga a Pedro Manuel G. M. con seis meses de prisión por quebrantamiento de condena, al haber incumplido las exigencias de una resolución anterior.
Se justificó el acusado afirmando que el 24 de enero del 2014 le había dejado recado su expareja, para quedar en las piscinas de Xinzo de Limia y darle una lista de cosas que le hacían falta para el niño pequeño de ambos. Era consciente de la prohibición, pero la petición de ayuda económica le pareció importante.
Versiones contradictorias
La mujer, por su parte, aclaró que no le había dejado recado, pero que fue a reunirse con él por propia voluntad. Se reunieron en el coche, hablaron y él se marchó.
La versión de la Guardia Civil es distinta. Ella llamó al notar la presencia del acusado. Acabaron viéndolos. Él la invitó a subir al coche, dijo el agente, «oyó como gritaba que subiese, arrancó a gran velocidad y abandonaron el lugar». Volvieron a la media hora.