Un informe niega riesgos para la salud en el nuevo edificio judicial

p. seoane OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Algunos trabajadores sospechan que la estructura metálica es nociva para la salud.
Algunos trabajadores sospechan que la estructura metálica es nociva para la salud. miguel villar< / span>

Los campos electromagnéticos están «moi por debaixo» de los límites, según un estudio encargado por la Xunta

01 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La exposición a campos electromagnéticos en el nuevo edificio judicial, causa de preocupación entre los trabajadores y motivo de una denuncia sindical ante la Inspección de Trabajo de Ourense, entra dentro de lo normal. Un informe encargado por la administración autonómica a una empresa externa, con fecha del jueves pasado, el mismo día en que se conoció que desde el organismo dependiente del Ministerio de Trabajo se había requerido de la Xunta información sobre el supuesto impacto de campos electromagnéticos en el controvertido edificio judicial, no deja dudas. Su conclusión es inequívoca. No hay riesgo para la salud.

«A exposición a campos electromagnéticos por parte do persoal da Xunta de Galicia, no edificio administrativo dos xulgados de Ourense, en todos os postos medidos, está moi por debaixo dos valores fixados como referencia (menor de 0,5%) tanto na recomendación do Consello coma na directiva anteriormente mencionada, polo que non é necesario tomar ningún tipo de medida preventiva concreta», concluye el informe. El análisis lo firma un ingeniero de telecomunicaciones, técnico en prevención de riesgos laborales, de la sociedad de prevención Mugatra.

La norma a la que se hace referencia es la recomendación del consejo de la UE 1999/519/CE de 12 de julio de 1999, parcialmente adaptada a la legislación española en el año 2001, con un reglamento que establece las condiciones de protección del dominio público radioeléctrico, restricciones a las emisiones radioeléctricas y medidas de protección sanitaria frente a las emisiones electromagnéticas. También se toma en cuenta la más reciente directiva 2013/35/UE del parlamento europeo y del Consejo de Europa de 26 de junio del 2013 sobre las disposiciones mínimas de salud y seguridad relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de agentes físicos (campos electromagnéticos).

El informe, realizado con fecha del pasado 26 de octubre, toma como valores de referencia los recomendados para público en general, por ser más restrictivo, y también suponiendo máximos del campo y de acuerdo con las fuentes de radicación existentes en los puestos de trabajo, que corresponden a la iluminación y a los monitores de los equipos informáticos, fundamentalmente.

En las oficinas de Instancia 3, con los índices que se manejan en el informe el valor medio de emisiones en cada una de las mesas es de 0,09 sobre un valor de referencia de 5,0. Al lado de cuadro eléctrico alcanza 0,33.

El traslado de la fiscalía marca esta semana la última fase de la mudanza

Durante la jornada de hoy quedará completado, siempre a salvo de imprevistos, el proceso de traslado de la fiscalía al nuevo edificio. En la quinta planta del palacio de justicia de la plaza de Concepción Arenal solo permanece el equipo del área de menores, que se mantiene en este edificio debido a que el juzgado de menores también seguirá aquí.

La mudanza -que se verá interrumpida hasta el miércoles, día 8 de abril- se reanudará a mediados de la próxima semana con el traslado del juzgado de Instrucción número 3 de Ourense, que, de este modo, podrá estrenarse en funciones de guardia el martes día 14 de abril. En esta semana santa está de servicio Instrucción 1, que cederá el testigo al número 2 el 7 de abril.

Con el plan de traslados que está en marcha, en la segunda semana de abril se producirá también el traslado del juzgado de Instrucción 1 el jueves, 9 de abril. El viernes, día 10, lo hará el juzgado de lo Penal número 1.

La tercera semana de abril será la última. El día 15, miércoles, se traslada el juzgado de guardia. El día 16, jueves, Instrucción número 2 y las salas de vistas de la tercera planta, que corresponden a Instancia 6 e Instrucción 2.

El 17 de abril, viernes, se traslada la sala de vistas y las oficinas del juzgado de lo Penal 2 y la segunda funcionaria adscrita a la Oficina de Atención ao Cidadán, con lo cual este servicio queda desmantelado en palacio de justicia de Concepción Arenal.

La guinda la podrá el 20 de abril la mudanza del decanato. A partir de ese día, todos los juzgados estarán en el nuevo edificio, con la única excepción de menores, que ocuparán dependencias en las que los menores tendrán un grado de privacidad al superior al actual. La Audiencia es el otro órgano que permanecerá en el palacio de justicia actual.

Entre las descargas eléctricas, el cansancio, la electricidad estática y el miedo al cáncer

En la última denuncia ante la Inspección de Trabajo, presentada el lunes, día 24 de marzo, apuntaba UGT a la lipoatrofia semicircular. Afirmaba ese sindicato que los trabajadores que ya están en el nuevo edificio estaban sufriendo descargas eléctricas por los aparatos allí instalados, una situación que, según resaltaban, no se daba con anterioridad en el inmueble de la plaza de Concepción Arenal. Además de esas descargas, los trabajadores sufren «cansancio y acumulan mucha electricidad estática, un tipo de síntomas que correspondería a los riesgos electromagnéticos». En el mismo escrito se hacía explícita referencia a la lipoatrofia semicircular, alertando que es una enfermedad que tiene la consideración de benigna y afecta al tejido adiposo de los muslos y de los antebrazos.

La reacción de la Xunta, con un informe reclamado de forma urgente a una empresa ajena a la administración, ofrece una respuesta tranquilizadora a los empleados públicos y usuarios del edificio. A los pocos días de su traslado, una funcionaria había expresado a los medios informativos una abierta preocupación por su salud, con referencias explícitas a que «nos vamos a morir todos de cáncer y yo no estoy dispuesta». «A mi me da miedo estar aquí, porque no me quiero morir de cáncer», decía la misma trabajadora.