Las quejas sobre el nuevo edificio judicial llegan a la salud laboral

p. seoane OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

UGT denuncia ante la Inspección de Trabajo que los funcionarios sufren descargas eléctricas en sus nuevos puestos

24 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Al mismo ritmo con el que se va consumado la mudanza desde el palacio de justicia de la plaza de Concepción Arenal al nuevo edificio en la plaza de O Couto, iniciada el pasado 2 de marzo con el traslado del juzgado de primera instancia número 1, crece la desconfianza y el malestar entre los funcionarios. Del disgusto por la falta de luz natural, o la ácida queja por la imposibilidad de abrir ventanas y ventilar áreas de acceso público en las que es previsible que el ambiente llegue a estar muy cargado, se ha llegado a las dudas sobre el efecto de los campos electromagnéticos en la salud de los trabajadores. La sección sindical del UGT en el área de justicia, uno de cuyos delegados es presidente de la junta de personal en Ourense, volvió ayer a la Inspección de Trabajo. Un mes después de una denuncia en la que censuraba que no se hubiera «procedido a realizar la correspondiente evaluación de riesgos que garantice que las condiciones de trabajo se ajustan a la legalidad vigente», han presentado un nuevo escrito «contra la Xunta». Los trabajadores, según dice el escrito, están sufriendo descargas eléctricas, cansancio y electricidad estática.

«Los funcionarios que desempeñan su trabajo en el nuevo edificio judicial de Ourense están teniendo una serie de problemas que en principio, sin ninguna base, parece que son debidos a los campos electromagnéticos», dice UGT en su denuncia ante la Inspección de Trabajo, en la que admiten la ausencia de base «porque, pese a que pedimos que se realizara una visita para comprobar si el edificio cumplía con la normativa en prevención no se ha realizado».

Sostiene este sindicato que los funcionarios están sufriendo descargas eléctricas por los aparatos allí instalados, que no se daban en el otro edificio, «tienen cansancio y acumulan mucha electricidad estática, un tipo de síntomas que correspondería a los riesgos electromagnéticos».

Se trata, según dicen los denunciantes en el escrito presentado ayer en el registro oficial de la Inspección de Trabajo, de un problema que se empezó a detectar en España en 2007. Conduce, de acuerdo con sus temores, a la lipoatrofia semicircular, una enfermedad que consideran de carácter benigno y que afecta al tejido adiposo en los muslos y en menor grado en los antebrazos.

La Xunta elude la controversia

La administración, particularmente la Xunta de Galicia, a la que se dirigen las críticas como responsable de la construcción que días pasados inauguró el presidente Núñez Feijoo, se está manteniendo al margen de la polémica. No responde a las críticas, ni siquiera para tranquilizar a los trabajadores. La Inspección de Trabajo tampoco ha actuado hasta ahora.

Reclaman desde información sobre reposapiés hasta el campo eléctrico y magnético

La denuncia que UGT presentó ayer ante la Inspección de Trabajo, específicamente dirigida contra la Consellería de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza, se centra en aspectos de salud laboral y particularmente en el impacto de los campos electromagnéticos. Identificados los factores de riesgo de la lipoatrofia semicircular, entre los que detallan los edificios inteligentes, herméticos y con el ahorro energético como elemento clave, reclaman diversas comprobaciones.

Reivindica esta organización que se revise el sistema de ventilación general, el de climatización y el de humidificación, la instalación eléctrica de cada puesto de trabajo, el tipo de suelo y los tratamientos antiestáticos, la presencia de equipos de amplificación de señal, información de las mesas y las sillas, como también de los reposapiés.

Las exigencias sindicales incluyen también una serie de mediciones. Por un lado, de campo eléctrico y magnético, las cargas electrostáticas en cada puesto de trabajo según la humedad relativa y también el estudio de la situación eléctrica de las mesas, tensión, corriente, frecuencia y toma de tierra, entre otras.

En este último escrito se reitera el contenido de una denuncia anterior, de 23 de febrero, en la que se exponían dudas sobre el cumplimiento de las exigencias legales en materia de salud laboral. La Xunta no ha contestado ni a esta ni a otras denuncias sindicales en este ámbito.