Entre cañas, cafés, tertulias y el calor de la gente, Ana García, una hostelera de Mondoñedo da forma a su afición, los cantos de taberna
12 jul 2012 . Actualizado a las 11:11 h.En el corazón de Mondoñedo acaba de nacer un nuevo local cuyo nombre rinde homenaje, caricatura incluida, a O Porriño, el antiguo dueño. Es una especie de faro desde el que Ana García, junto a Mariola Novás, mira al mundo en positivo. Entre cañas, cafés, tertulias y el calor de la gente, da forma a su afición, los cantos de taberna. No hay tele, algo fundamental. Quiere que O Porriño sea un bar de los de siempre y los clientes dispongan de letras de canciones populares para cantar in situ, sin complejos. El martes hubo una de esas sesiones, mágicas, más energéticas que el Red Bull. «Intento ser moi positiva -dice- e quero que chupen forza de min. Cando canto, transfórmome, non hai pena, o feito de estar vivo é un motivo de alegría».
De niña entró en O Cuco de Velle (Ourense), «onde dan polbo e cantan. Alí vin o ceo, o dos cantos entroume á vea directamente». Hasta echa de menos que su madre cante cuando limpia. También recuerda llorar de emoción en un pub irlandés. O merlo es su pieza favorita, con la que abrieron los cursos de canto de taberna en Gaitaescola, la escuela donde enseña.
«O Porriño nace como un centro de reunión de todo aquel que teña unha inquietude cultural, musical, artística... é importante ter un sitio onde poidas cantar, expresarte [hasta en los baños tiene pizarra y tiza], falar. A xente está necesitada de falar. Hoxe estamos entre as teles, as plays... e a xente está apática, hai que espabilar, abrir negocios, tirar polo noso», en su caso Mondoñedo. Además del «Recoméndase cantar» va a tener que poner otro cartel: «Non se fala de crise».
ANA GARCÍA HOSTELERA DE MONDOÑEDO
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