PELUQUERO
15 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.Con más de cuarenta años de experiencia a sus espaldas, Anselmo Fernández acaba de inaugurar su nueva peluquería. Ha cambiado la avenida de Santiago por la de As Caldas aunque apenas se ha desplazado unos metros. Aficionado al fútbol, es directivo del Ponte Ourense. No se limita a quedarse en la grada y cada domingo es el encargado de vender las rifas. En el barrio es una institución, en parte por estar ligado a La Troya y a la organización de las fiestas de A Ponte. -¿Por qué eligió esta profesión? -Mi padre iba por ferias y fiestas con una barraca y fue él quien me animó a dedicarme a la peluquería. A mí la profesión del bar no me gustaba. Empecé como aprendiz en una peluquería de General Franco, que tenía limpiabotas y quiosco de prensa. Iba a As Burgas a buscar agua con una garrafa de cinco litros. Fui de peluquería en peluquería, de pinche, hasta que terminé en Santos, en Curros Enríquez. A partir de ese momento me independice y, desde entonces, en el barrio de A Ponte. -Mucho han cambiado la cosa desde que iba a As Burgas a por agua. -Ahora tengo una peluquería moderna, con todas las comodidades. -¿Y los clientes? -Tengo entre 500 y 600 al mes. Es gente mayor. De Cabeanca, Cambeo, Barra de Miño... Abro a las ocho de la mañana: me gusta aprovechar el tiempo. Domino la profesión porque me gusta tratar con el público. Los cortes, son los ordinarios.