«Tivemos que facer  nós de camareiros, porque non había»

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE /LA VOZ

O CARBALLIÑO

Santi M. Amil

Homenaje a la Peña Nove que oficializó la Festa do Pulpo

04 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Xosé Ignacio Fontaíñas, Camilo Ledo, Benigno Iglesias y Alfonso Cerviño recogieron ayer el reconocimiento del pueblo de O Carballiño por el trabajo realizado en favor de la Festa do Pulpo como miembros de la llamada Peña Nove. Este colectivo, vinculado al impulso de actividades como el Rali do Lacón, estuvo también detrás de la oficialización de la fiesta gastronómica. Algo que se lograba cuando tres de sus miembros formaron parte de la corporación que presidió Javier Perea y el Concello de O Carballiño asumía el peso de la organización.

El de ayer fue el cuarto homenaje que  la institución municipal rinde a quienes de alguna forma ayudaron a divulgar y potenciar una fiesta que se ha convertido en emblema de las citas gastronómicas gallegas, pero resultó que los homenajeados dieron más que recibieron.

Se llevaron una placa, cierto; y las palabras cariñosas del alcalde, Francisco Fumega, y del concejal Manuel Dacal; pero en contrapartida dejaron a los asistentes una buena colección de anécdotas que reflejan no sólo las dificultades para dar forma a una cita que, hasta su llegada, era poco más que una reunión lúdica de vecinos; sino también cómo eran las cosas en aquella etapa histórica. Como cuando aterrizó en la fiesta un Manuel Fraga recién llegado de su embajada en Londres y que sonaba como presidenciable para una hipotética Tercera República. «Quixo facer unha queimada con limóns e non tiñamos; así que houbo que recorrer as tendas», narraba Xosé Ignacio Fontaíñas, que ejerció de portavoz de sus compañeros. 

Pero aquella no fue ni la única ni la mayor dificultad de logística con la que tuvieron que batallar. «Ó primeiro, as cociñeiras había que buscalas con candil, e tampouco atopábamos para servir; nalgunha ocasión tivemos que facer nós de camareiros porque non había xente», relató Fontaíñas. 

Aquella corporación de la que formaron parte, comenzó en el 67 y en la última edición que prepararon, la del 79, la cita ya casi rodaba sola y se había consolidado.

La tapa más grande del mundo

La programación de la Festa do Pulpo incluye hoy otra de sus citas estrella: preparar la tapa más grande del mundo. El diámetro del plato que se colocará en esta edición es de 5,13 metros, ligeramente superior a la de la pasada en la que los pulpeiros rellenaron el recipiente con 400 kilos de cefalópodo. 

El reto no está solo en la cantidad, sino en el tiempo. El año pasado tardaron en llenar el plato de madera 12 minutos. Hoy el objetivo es parar un poco antes el cronómetro que se colocará en la praza Maior para medir la rapidez del trabajo de los pulpeiros. Como es habitual, quienes así lo deseen, podrán luego disfrutarlo. Se calcula que podrán repartirse 1.200 raciones al precio de 4 euros cada una, en el que se incluye pan, vino y un dulce de chocolate.