Bodegas de Valdeorras y Ribeiro experimentan vendimias tardías

pepe seoane OURENSE / LA VOZ

O BOLO

Santi M. Amil

En Castrelo de Miño ya está hecha la recolección y en O Bolo aún hay godello en la viña

04 nov 2016 . Actualizado a las 13:06 h.

La vendimia de 2016 no pasará a la historia por razones de volumen en la provincia de Ourense. Es una realidad que bajó la cosecha en las cuatro denominaciones, sobre todo en Valdeorras y O Ribeiro. Que sobresalga por su calidad aún está por ver. Habrá, en cualquier caso, grandes diferencias, ya no solo por la labor de los enólogos, sino porque no toda la uva entró en las bodegas en las mismas condiciones. Hay cosecheros y bodegas que han aumentado su producción, con fruta de extraordinaria calidad, lograda a base de mimos en la viña, mientras sus vecinos aún se lamentan de las pérdidas. En ese escenario, con la campaña formalmente cerrada en las cuatro denominaciones, el cosechero Rafael Palacios, uno de los más claros referentes de calidad en la denominación de origen Valdeorras, ha reservado en torno a 1.500 kilos de godello para un vino de vendimia tardía. Será él, pues, el encargado de apagar las luces en esta ocasión.

Ya había hecho Palacios en el año 2011 un vino de estas características y el buen resultado de entonces lo ha animado a repetir. Octubre, con buenas temperaturas y sin lluvias generalizadas, permitió traer hasta noviembre uvas en tan buen estado como para dejar que se pasen de maduración y permitan lograr un perfil de vinos muy valorados, entre los que el propio Sorte Souto del 2011 o el albariño Gallaecia de Martín Códax son buenos exponentes. Las labores en O Bolo harán, por otra parte, que la vendimia se prolongue hasta el mes de noviembre.

Donde también han estrenado vendimia tardía es en Ramón do Casar, la bodega de Castrelo de Miño donde este año comenzó la recolección de uva de la comarca de O Ribeiro. A mediados de mes ya tenían la cosecha en los depósitos, salvo los dos mil kilos que reservaron para este blanco especial. La segunda vendimia remató el viernes pasado.

El enólogo de esta casa, Pablo Estévez, tiene fundadas esperanzas de lograr un buen vino, amplio, diferente, sólido y con el toque goloso que le darán azúcares residuales que el consejo autoriza en la elaboración. Igual los hubiera sobrepasado, para lograr un vino más dulce, pero se limitará a las normas.

Este mismo enólogo, uno de los profesionales volantes que se mueven allá donde se les requiere, tiene también entre sus planes de este año otro vino de estas características en la denominación de origen Rías Baixas. A modo de referencia, estima que serán diez días los que tarde en poner en marcha esa segunda vendimia tardía, serodia, marcada por la deshidratación de la uva y la alta concentración de azúcar. Lo que tarde Rafael Palacios en Valdeorras dependerá, igualmente, de la meteorología y de la eventual presencia y estricto control de la botrytis.