La película «Santoalla» ilustrará al jurado del crimen del holandés

La Voz OURENSE / LA VOZ

O BARCO DE VALDEORRAS

cedida

El fiscal espera que el caso pueda llegar a juicio en la Audiencia antes de finalizar el año

28 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La película Santoalla, de Andrew Becker y Daniel Mehrer, ya está incorporada como prueba en la causa por el crimen del holandés Martin Venfordern. La productora de este documental ignoró en principio la petición de una copia. Lo había pedido el fiscal en diciembre, sin la respuesta esperada, pero este mes llegó el documental de Andrew Becker y Daniel Mehrer. Bastó que se dieran los primeros pasos para una comisión rogatoria por parte del Ministerio de Justicia, que es el trámite para solicitar a las autoridades estadounidenses que hicieran esa reclamación, para que la productora relajara su posición.

Las declaraciones de los protagonistas del drama constituyen, a juicio del fiscal, Miguel Ruiz, un material de importancia para que el jurado valore las relaciones entre las dos familias de Santoalla y entienda mejor el desenlace.

Con la incorporación del filme, ya solo queda que las partes se muestren enteradas de ese paso, para que desde el Juzgado de O Barco número 2 se reclamen los escritos de acusación y defensa. Si todo discurre de acuerdo con plazos razonables, antes de finalizar el año podrá celebrarse el juicio en la Audiencia Provincial.

Martin Verfordern había desaparecido el 19 de enero del 2010. Su todoterreno apareció quemado y oculto entre matorrales el 17 de junio del 2014. La Guardia Civil acabó confirmando sus sospechas y el 30 de noviembre del 2014 detuvo a los dos hermanos del pueblo a quienes se vincula con la muerte. Juan Carlos Rodríguez, presunto autor material, permanece en prisión desde entonces, sin que la Audiencia haya atendido su petición para esperar en libertad la vista.

La versión de hechos que mantiene el ministerio público, al menos en esta fase de la instrucción, es que Juan Carlos disparó contra el holandés cuando este se encontraba en su coche. Posteriormente, su hermano Julio le ayudó a ocultar el cadáver, sin haber tenido intervención efectiva en el momento de la muerte. Este último, debido a su secundario papel, no llegó a ir a prisión.

El presunto autor de la muerte se enfrenta a la perspectiva de una condena a veinte años de cárcel, aunque en su momento deberá valorar el jurado su estado mental y su personalidad.