¿Quién hace los mejores vinos de Galicia?

m. villamarín, noela rey, r. n. OURENSE / LA VOZ

MONTERREI

Monterrei y Ribeiro brillaron en la última edición del certamen promovido por Medio Rural. La Voz repasa con los productores el secreto del éxito de los caldos reconocidos como los más destacados del año

21 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La entrega de premios de la Cata dos Viños de Galicia que esta semana se celebró en el centro cultural Marcos Valcárcel ha puesto sobre la mesa los nombres de dos bodegas ourensanas. Y es que entre los 210 caldos participantes Ladairo. Colección de familia, de Monterrei, fue elegido el mejor tinto y Ramón do Casar, del Ribeiro, mejor blanco. Tras una botella de vino hay mucha historia y mucho trabajo. ¿Quiénes hacen los mejores vinos de Galicia, al menos según el criterio del jurado convocado por la Consellería de Medio Rural?

En el valle de Monterrei y al resguardo de las montañas está la finca de José Luis Vaz, el propietario de Bodegas Ladairo, que hasta en seis ocasiones ha merecido este reconocimiento. Él lo sigue recogiendo con entusiamo: «Recibí este premio con mucha ilusión». Considera que tiene un vino especial por las condiciones de la viña en la cual se produce. «Es un terreno único en el valle de Verín, ya que está muy bien situado y le da el sol durante todo el día. Además la tierra es arcillosa; son todo condiciones favorables para que la uva pueda crecer y madurar como merece», afirma.

Con treinta años de experiencia en el sector conoce a la perfección las necesidades de la producción. El negocio comenzó impulsado por diferentes premios recibidos y también por el ánimo de amigos que, al ver sus buenos caldos, pensaron que había que sacarle partido. Pese a esto, con aproximadamente dos millones de kilos de uva que llegan a la bodega cada año y con una buena venta de vino, no quiere ampliar. «Este trabajo es muy gratificante a la hora de recibir reconocimientos, pero también es muy duro», confirma.

Sus principales puntos de distribución son en Galicia, aunque también exporta. «Holanda, Bélgica, Alemania, Australia, Indonesia e incluso pequeñas cantidades para Japón», enumera José Luis. Unos mercados en los que sus caldos se mueven bien pero en los cuales también hay públicos muy rigurosos. «En Japón la gente es muy exigente, el producto tiene que ser de mucha calidad para ser aceptado», agrega el viticultor.

Su vino tinto, para el que según explica utiliza mencía en un noventa por ciento y bastardo en el diez restante, también ha sido condecorado fuera de nuestras fronteras ya que en el año 2013 recibió la medalla de plata en el Concurso Mundial de Bruselas. El propietario afirma que tener buenos vinos tintos en Galicia es muy difícil y, por ese mismo motivo, tener un terreno que facilite las condiciones es de mucha ayuda.

Desde la bodega se puede ver la extensión de sus viñedos que ya fueron plantados en el año 1850 por García Barbón. Aunque muchos han sido replantados tiene mucha historia: «Aún hay cepas en la tierra con más de cien años».

El futuro es una quimera, pero para la bodega Ladairo, si todo sigue su curso, solo queda disfrutar y continuar haciendo las cosas como hasta el momento; con trabajo y mucha dedicación.

Por su parte, Javier González Sabucedo es, junto con sus dos hermanos empresarios en Venezuela, promotor y director de la bodega Ramón do Casar, en la denominación de origen Ribeiro. Uno de sus vinos, fruto de una cuidadosa mezcla de uvas de treixadura, albariño y godello, ha sido elegido mejor blanco de Galicia. «Nosotros contamos con una identidad y elaboración propia, además de nuestra forma de viticultura con la máxima exigencia técnica para poder conservar todas las características naturales de la uva», explica Javier González. Agrega que es muy importante la recogida a mano que se hace durante la época de la vendimia, lo que le concede las características propias de un vino del Ribeiro. Por otro lado, lo que distingue a sus caldos de otros vinos blancos es la frescura y persistencia que salen de la forma del trabajo en viña. «Nos diferencia que conseguimos aromas y melosidad, una gran complejidad en nariz y una acidez correcta para que le dé al vino la frescura perfecta para dejar un aroma a fruta. Lo que se consigue al final es que le guste a la gente», agrega el viticultor. Lo que buscan desde la bodega es una alta tipicidad de Ribeiro. Un vino con elegancia, armonía y un equilibrio al alcance de todos los públicos y consumidores que se quieran iniciar en este mundo y disfrutar del vino. «Lo que buscábamos era algo lleno de matices muy agradables con predominio de notas frutales y así ha sido», declara Javier González.

Para la bodega el galardón recibido es sin duda una sorpresa: «Fue una alegría y una satisfacción de que estás haciendo las cosas bien, aunque siempre hay que mejorar». De hecho, ya piensan en la cosecha de este año, con el propósito de mantener el nivel.

El de la Cata dos Viños de Galicia no es su único reconocimiento. Ya cuentan con otros premios que según los responsables de la bodega, sí contribuyen a mejorar las ventas . «Llevamos dos años comercializando vinos y cada día en la familia Ramón do Casar somos más. Los consumidores se muestran receptivos», afirma el empresario.

«Aún hay cepas en la tierra con más de cien años», explica José Luis Vaz de Bodegas Ladairo

«Buscábamos algo lleno de matices con notas frutales y así ha sido», dicen en Ramón do Casar