Todos los marcos en orden en la «raia» entre Ourense y Portugal

pepe seoane OURENSE / LA VOZ

LOBIOS

A este lado, Azoreira, del municipio de Padrenda; al fondo, la lusa Alcobaça, de Melgaço.
A este lado, Azoreira, del municipio de Padrenda; al fondo, la lusa Alcobaça, de Melgaço. santi m. amil< / span>

Diecisiete alcaldes ourensanos y siete portugueses revisan lindes cada año siguiendo directrices de un tratado de 1864

19 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Fronteras con Portugal, lo que se dice fronteras con exigencia de pasaportes y funcionarios uniformados luciendo banderas diferentes, no hay. En alguno de los históricos lugares de paso prácticamente ni quedan vestigios. Los marcos, sin embargo, siguen en su sitio. Y cada año, además, se revisan. Lo impone el tratado de límites entre España y Portugal firmado en Lisboa en 1864, con anejos y ampliaciones en 1866 y 1926, en las que se estipula la obligación de los ayuntamientos fronterizos de redactar un acta de reconocimiento y remitir copia a la Comisión Internacional de Límites. Desde este órgano recuerdan cada año esa obligación a la Subdelegación del Gobierno, que, a su vez, transmite esa obligación a los alcaldes de los ayuntamientos afectados.

En la provincia de Ourense son diecisiete los municipios que lindan con Portugal. Al otro lado de la «raia» seca son siete las cámaras municipais implicadas.

Melgaço toca con Quintela de Leirado, Entrimo, Verea, Lobeira y Padrenda; Arcos de Valdevez, con Lobios y Entrimo; Ponte da Barca, con Lobios; Terras do Bouro, nuevamente con Lobios; Montalegre, con Muíños, Baltar, Lobios, Cualedro, Calvos de Randín, Monterrei y Oímbra; Chaves, con Oímbra, Verín y Vilardevós, que también linda con Vinhais, que es la referencia lusa para Riós, A Mezquita y A Gudiña.

Por el lado portugués es Montalegre el municipio cuya extensión la une con más concellos ourensanos. Lobios es, desde este lado, el que exige más desplazamientos y más actas de reconocimiento. ¿Problemas? Cero. Los marcos no se mueven.

Acta, por ejemplo, de reconocimiento y verificación de los límites entre Lobios y Montealegre. «Después de observados y comprobados debidamente todos los marcos, numerados del 98 al 204, los cuales se encuentran en los primitivos lugares, sin que se hubiera detectado cualquier anomalía digna de mención, se dio por concluida la reunión». «No habiendo observaciones o reparos que hacer al mismo, con respecto al año anterior», se rubricó otra documento de este mismo municipio, Lobios, en este caso con Terras do Bouro.

Todo está en orden. Litigios entre concellos ourensanos aún queda alguno. Las disputas entre particulares forman parte del día a día en los juzgados. Con los vecinos portugueses, sin embargo, la corrección está por encima de todo. Impecable el trato.

Que se lo toman en serio lo dejan claro la alcaldesa de Lobios, María del Carmen Yáñez, y el presidente de la cámara de Ponte da Barca, António Vassalo. Anotan que los marcos naturales y artificiales están en perfecto estado y respectivos lugares, pero también que «observan modificaciones» en el río Lima que delimita ambos países, derivado del aumento significativo de las aguas, provocado por el embalse del Lindoso, que altera la línea anteriormente definitiva.

Guardia Civil y GNR acompañan en ocasiones a secretarios y políticos

Las buenas relaciones de vecindad se dejan sentir en este tipo de encuentros. Quedan los dirigentes municipales en lugares como A Madalena, en el límite de Lobios y Ponte da Barca, o en el lugar de confluencia de los ríos Limia y Castro Laboreiro, entre Lobios y Arcos de Valdevez, o en Portela do Home, uno de los clásicos pasos desde la provincia de Ourense a la portuguesa Terras do Bouro. «En Muíños, por exemplo, temos de sempre unha excelente relación cos veciños de Montalegre», constata el alcalde, Plácido Álvarez, para quien estas reuniones son una excusa más para reunirse y afianzar la vinculación.

Las actas muestran cómo en algunos casos acuden a los reconocimientos de fronteras efectivos de la Guardia Civil española o de la Guardia Nacional Republicana portuguesa. No consta, de todos modos, que haya habido problemas ni enfrentamientos. Fiestas, sin embargo, más de una, aunque es la del convivio da Portela una de más concurridas, con la participación fundamental de vecinos de la portuguesa Pitoes y el decidido impulso de la cámara municipal de Montalegre.