La lucha contra el fuego se traslada al interior

La Voz REDACCIÓN

CUALEDRO

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Las llamas han calmado su voracidad en la franja atlántica, pero han surgido nuevos fuegos en el interior. Hay un dos incendios activos en Cualedro y Vilardevós, aunque este último ha quedado controlado a media tarde

15 ago 2016 . Actualizado a las 08:16 h.

La lucha contra los incendios forestales en Galicia se traslada al interior de la comunidad. Controlados o extinguidos los que en los últimos días asolaron la franja atlántica y pusieron en peligro viviendas en localidades como Porto do Son o Arbo, los servicios de extinción dan ahora la batalla en Cualedro, y A Pobra de Trives.

Según el último parte ofrecido por la consellería de Medio Rural, permanecen activos dos incendios, uno en Cualedo y el otro en A Pobra de Trives, después de que el de Vilardevós fuese controlado a media tarde. El fuego, que se localizó en la parroquia de Soutochao, se extiende por 54 hectáreas.

Todavía queda activo el fuego de Cualedro, originado en la parroquia de San Millao, que también ha alcanzado a Oímbra, y que afecta a 450 hectáreas. En su extinción están trabajando tres técnicos, doce agentes, 35 brigadas, 16 motobombas, siete helicópteros y cinco aviones.

A las 18.24 horas se inició un fuego en e A Pobra de Trives, en la parroquia de Navea, del que tuvieron que ser evacuados dos brigadistas que trabajaban en las labores de extinción. Uno de los operarios tuvo que ser atendido por inhalación de humo, mientras que el otro sufrió un golpe en un accidente con la motobomba que conducía. Las primeras estimaciones hablan de 20 hectáreas afectadas. En este fuego fue necesario decretar el nivel 2 en la zona de O Seixo, donde reside una familia, que fue evacuada. 

En otro de los fuegos, en Sarreaus, que ya está estabilizado han tenido que ser evacuados otros dos brigadistas por inhalación de humo que han sido trasladados al hospital de Ourense, aunque ambos ya han sido dados de alta. Según las primeras estimaciones habrían ardido alrededor de 13 hectáreas. 

El fuego más reciente del que se tenía información, el de Negueira de Muñiz, afecta a unas 50 y tras ser controlado alrededor de las tres de la tarde, ha quedado extinguido a las 18.30 horas

Aún sigue ardiendo el monte en Baralla, Arbo, Crecente y Porto do Son, pero esos fuegos han podido ser controlados a lo largo de la tarde del sábado y de lo que va de domingo. En el concello barbanzano, que vivió varios días con la alerta dos y bajo amenaza de varios focos que afectaron a unas mil hectáreas, ha podido ser extinguido el que afectaba a la parroquia de Baroña. La Xunta también atribuye esa condición a los que afectaron a Cotobade y Carballedo. 

Alrededor de las 21.00 horas se ha dado por extinguido el fuego que afectaba a la parroquia de Fecha, en Santiago, y que llevaba controlado desde el mediodía del sábado. El fuego se inició el pasado miércoles y afectó a 825 hectáreas, 735 de ella de superficie arbolada y 90 de monte raso.

Los incendios, una plaga en Cualedro

Tras el voraz fuego que el año pasado calcinó más de 3.000 hectáreas en Cualedro, las llamas regresaron en la tarde del sábado a la zona. El incendio se complicó, según indicaron fuentes de los medios de extinción, a última hora de la tarde, y había un frente de fuego de una dimensión considerable. Se inició en el lugar de San Millao a las tres y media y en su extinción trabajan 3 técnicos, 10 agentes, 29 brigadas, 14 motobombas, 3 palas, 7 helicópteros e 5 aviones.

Reivindicaciones de los brigadistas

Ante la ola de incendios de los últimos días, los profesionales del Servicio de Prevención y Defensa contra los Incendios Forestales de la Consellería do Medio Rural reclamaron «un modelo público e único como garantía de eficacia contrastada e de servizo á cidadanía». Las centrales sindicales CC.OO., CIG, UGT y CSI-F ofrecen «un diálogo construtivo» a la consellería para conseguir que Galicia cuente con un dispositivo adecuado a sus necesidades.

Durante los últimos días participaron en la extinción de los más de 200 incendios que hubo en la comunidad en torno a 700 trabajadores. Los equipos de la Xunta y municipales colaboraron con los medios enviados por el Ministerio de Medio Ambiente y con el personal de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que envió a luchar contra el fuego en Galicia a unos 300 militares. El fuego se combatió por tierra y también por aire, con un buen número de aviones y de helicópteros, tanto de la Xunta como del Gobierno central.

Más de 7.000 hectáreas desde el lunes

Desde el pasado lunes se quemaron en torno a 7.000 hectáreas de terreno forestal en las cuatro provincias gallegas, si bien la concentración de fuegos fue más intensa en las provincias de A Coruña y, sobre todo, Pontevedra. En un único incendio, el que se inició el miércoles en Arbo, se quemaron 1.583 hectáreas de monte. Es, hasta ahora, el peor del año. Un año en el que han ardido ya en Galicia unas 8.800 hectáreas de terreno, el 75 % de toda la campaña del 2015, que se había cerrado ligeramente por debajo de las doce mil hectáreas quemadas. La comparación es mucho más dolorosa si se tienen en cuenta los datos del 2014, en el que no se alcanzaron las 2.000 hectáreas quemadas, una cifra que ahora no está lejos de quintuplicarse.

Con información de Rubén Nóvoa, Carla Elías y María Santalla.

Medio Rural estudia echar paja en las zonas quemadas para prevenir la pérdida de suelo

Ante la amplia superficie arrasada por el fuego en los últimos días, la Consellería do Medio Rural ha comenzado a trabajar ya en la elaboración de un plan de prevención encaminado a evitar la pérdida de suelo en las zonas afectadas. Desde el departamento autonómico anunciaban que en los próximos días se organizarán una serie de reuniones para coordinar las actuaciones y definir qué medidas son las más adecuadas para evitar los arrastres y la erosión del suelo, aunque la consellería asegura que la solución adoptada en otras ocasiones, cubrir el suelo con paja, dio buenos resultados.

De todos modos, Medio Rural avanza que se llevarán a cabo diversos estudios para ver cuáles son las actuaciones más convenientes en función del tipo de suelo y del daño que haya sufrido. A partir de las conclusiones de este análisis se planificarán las acciones que se llevarán a cabo sobre el terreno, que darán prioridad a las zonas más afectadas por el fuego. Dado que han ardido varios montes cerca del mar, el departamento que dirige Ángeles Vázquez trabajará con la Consellería do Mar para evaluar las zonas más sensibles en cuanto al posible arrastre de materiales quemados a los bancos marisqueros.

Cubrir el terreno quemado

En otras ocasiones, sobre todo después de los graves incendios del 2006, la Xunta recurrió a la técnica conocida como mulching, que consiste en proteger el suelo cubriéndolo con un material para evitar su arrastre y su erosión. Tras la oleada de hace diez años se empleó fundamentalmente paja para la protección de los montes que se habían quemado.

Dados los buenos resultados que ha dado esta técnica, la consellería estudia la posibilidad de volver a emplearla en las zonas más altas, con mayor pendiente y en las cabeceras de las cuencas de los ríos. En función de las características del lugar, esta técnica puede aplicarse utilizando medios terrestres o por aire.

En las anteriores ocasiones en las que se aplicó este método el resultado fue bueno, ya que se apreció, tras la aplicación de un manto vegetal sobre el suelo, una reducción de los arrastres. Esto significa que la pérdida de suelo, una de las consecuencias de los incendios, disminuye, y también es menor la llegada de sedimentos a los ríos y al mar. De esta manera se consigue preservar la calidad del agua y comenzar la regeneración de la vegetación, que contribuirá, a su vez, a consolidar el suelo.