El radar de tramo de la N-525 pone una multa cada dos horas de media

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

COLES

Miguel Villar

En mes y medio, detectó medio millar de infracciones en un trecho de 3,7 kilómetros

01 may 2016 . Actualizado a las 15:39 h.

Un mes y medio después de la activación del primer radar de tramo instalado en una carretera convencional en la provincia de Ourense, el dispositivo de control de velocidad que la DGT instaló en la N-525 -para controlar la velocidad a lo largo de casi cuatro kilómetros en sentido Santiago- ha detectado ya 531 excesos de velocidad en la zona limitada a 70 kilómetros hora. Desde la Dirección General de Tráfico destacan como positivo que desde su puesta en marcha no hubo accidentes graves.

La administración valora realizar próximamente un pequeño cambio en la longitud del tramo controlado, para adelantar unos metros el final, ahora situado antes del cambio de sentido de Gustei, con lo que la medición concluiría un centenar de metros más abajo del punto actual, en el punto kilométrico 246 de la vía. La finalidad del cambio, según la DGT, es prevenir accidentes y aumentar la seguridad de la carretera. Con este adelanto, se evitará que algunos conductores utilicen una de las salidas anteriores como vía de escape para evitar ser sancionados.

El radar de tramo controlado de la N-525 comenzó a funcionar el 17 de marzo, Jueves Santo, y desde entonces hasta el pasado jueves, algo más de medio millar de conductores han superado la velocidad permitida. El radar ha detectado una infracción casi cada dos horas, de promedio. El exceso más alto del que hay constancia en este mes y medio es de 131 kilómetros de hora en el trecho.

Usuarios de esta vía consultados por La Voz en la gasolinera de O Viso señalan que, en general, la gente respeta la limitación de velocidad en esta carretera. No obstante, hay quienes creen que su ubicación no es la idónea. «Así es una tontería. Tenía que estar hacia abajo y no subiendo, que hay dos carriles. Si adelantas a un coche, ya vas a más de 70 y si pasas a más, peor porque calculan la velocidad media» opina Xairo García, quien cree que los conductores circulan ahora a menor velocidad por la zona, sobre todo descendiendo en sentido Ourense. «Bajan a 50 por hora o menos, que no sé si será más peligroso», incide este joven. Y aunque ve algo incongruente que se instale un radar en una vía con dos carriles y no se fija mucho en los otros conductores, Emilio Blanco considera que este radar ayuda a que «la gente se adecúe a los límites de velocidad». Blanco cree que en esta zona tampoco sería recomendable circular a más de 70 por hora debido a las curvas que hay en esta carretera. En cambio, Juan José Campello ve que, en general, la gente se salta los límites y que no hay mucha policía controlando.

En la provincia de Ourense, la DGT tiene constatado que los conductores son ahora más moderados con la velocidad con la que circulan que años atrás. El año pasado se detrajeron en la provincia 7.300 puntos de carné a conductores de Ourense, la mitad de los que se quitaron en el 2010. Sea por no tener que rascarse el bolsillo ante las multas o por una mayor concienciación del riesgo, los ourensanos reciben ahora menos denuncias por esta causa y la mayoría son por distracciones o por superar el límite permitido por pocos kilómetros, con lo cual no se restan puntos sino solo es sanción económica. Ninguno de los quince radares de la provincia destaca por ser el más «recaudador». En este momento, los que más multan son las del polígono Barreiros o la cabina de Valdeorras, que estuvieron tiempo vacías.

Aglomerado en frío y más señalización horizontal para mejorar la seguridad de la nacional

Desde la Plataforma pola Seguridade da N-525 consideran que la instalación de este radar era necesaria, pero que no es la solución para los problemas de la carretera. «La gente respeta la velocidad. La instalación del radar debería ir acompañada de otras medidas de infraestructuras», apunta Lara María López, quien sufrió un accidente con una víctima mortal en este tramo y, asegura, circulando a una velocidad inferior a 70 kilómetros por hora. López reconoce que no ha habido accidentes graves, pero menciona dos recientes salidas de vía en las que la causa tampoco fue la velocidad.

El Ministerio de Fomento licitó en el mes de octubre, aunque aún está pendiente de adjudicación, la obra de rehabilitación del firme en varios accesos a la capital ourensana, por valor de 0,98 millones de euros, y actuaciones de seguridad en el tramo Ourense-Coles de la N-525. El firme será de microaglomerado en frío lo que, según Fomento, mejorará «sustancialmente» el contacto entre la rueda y el pavimento. Se renovará la señalización horizontal, repintando los márgenes con resaltos sonoros, pondrán captafaros y balizas de plástico en el eje para separar los dos sentidos y se reordenarán algunos accesos, como nuevas medidas de seguridad.