Mercedes Armesto: «Celanova es mi remanso de paz»

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

CELANOVA

CEDIDA

Su restaurante, La taberna gallega, fue elegido el mejor de Barcelona en el 2015

06 feb 2016 . Actualizado a las 17:57 h.

Mercedes Armesto sigue teniendo su tierra natal celanovesa en el corazón y en la mente, aunque desde 1968 vive en Barcelona, ciudad en la que han prosperado con mucho trabajo sus negocios, seis zapaterías y el restaurante La taberna gallega de Marcos, que fue elegido mejor restaurante de Barcelona del 2015 por el diario La Vanguardia y Mercedes Armesto fue elegida empresaria gallega del año en Cataluña.

-¿Cómo fue esa elección de mejor restaurante?

-Los de La Vanguardia vienen mucho por mi casa, tanto directivos como trabajadores. La elección creo que es inmerecida. Tenemos este restaurante desde hace 22 años en el puerto olímpico, con 55 trabajadores y 62 los fines de semanas. El puerto olímpico es un lugar privilegiado de Barcelona, de visita casi obligatoria cuando vienes a la ciudad. Tiene capacidad para 450 comensales y damos unas 800 comidas al día. El éxito de mi negocio ha sido un trabajo desmesurado por parte de mi marido Julio, mi hijo Marcos y mío propio. Todos los días de mi vida aporto calidad -que traigo de Galicia- servicio, dedicación, esmero y mucho cariño hacia el cliente. Son comensales de muchos años, gente relevante de la cultura y de todas las clases sociales. Jugadores del Barça, artistas, personas de las letras y cultura. Ofrecemos comida gallega y mediterránea.

-¿Cómo empezó su labor empresarial?

-A los 18 años me casé en Celanova y me vine a Barcelona. A los 19 años, monté mi primer negocio. Empecé con una zapatería, hoy en día tengo seis, de lo más bonito de Barcelona, con las mejores marcas del mercado. Luego seguí con los chiringuitos Blau Mari de la playa de Barcelona, la playa San Sebastián, con 200 personas trabajando, y el Club de Natació Atlètic. A partir de ahí, cogí un local pequeño en el puerto olímpico. Al principio me costó mucho, pero a base de tenacidad y lucha lo he ido incrementando.

-¿Sigue vinculada con Celanova?

-Esta noche me voy a los carnavales. Si tengo un momento para desconectar, voy porque trabajo 16 horas diarias de domingo a domingo. Mi remanso de paz es Celanova, a mi hijo y mi nuera les encanta y mi ilusión es poder terminar ahí. Procedo de una familia humilde en cosas materiales pero rica en valores humanos. La bendita villa de Celanova y mis padres me introdujeron el espíritu de lucha y de sacrificio. Y mi lucha ha sido para ofrecer a mi familia una calidad de vida que no tenían, aunque sí valores humanos y cristianos, de los que siempre me siento orgullosa.

-¿Se sintió siempre bien acogida en Cataluña?

-Lo primero se lo debo a mis padres por educarme con esos valores. En Cataluña me sentí querida y respetada. Aquí toda la persona trabajadora, leal y honesta tiene un futuro trabajando, pero nadie regala nada.

-Además, en el 2013 fue elegida empresaria gallega del año en Cataluña...

-Fue una cena de gala con 700 personas y treinta autoridades, en la que el sentimiento que invadía mi corazón era que no estuvieran mis padres, pero sé que lo estuvieron viendo desde el cielo y se sintieron felices.

-¿La cultura empresarial es muy diferente a la de aquí?

-La diferencia es que Barcelona es una ciudad grande, en la que entra gente todos los días del año por tierra, mar y aire. Aquí hay trabajo para la gente muy trabajadora. Tengo un equipo del que me siento orgullosa. Esto es un barco es alta mar, si no tengo buena tripulación el barco se hunde. Y les intento inculcar que le cliente es Dios y merece todo el respeto, cariño, comer bien y honestidad. Cualquier cliente que llega es una bendición, pero si viene un gallego, se abre mi corazón y me siento feliz de agasajarlo.

Origen. Natural de Celanova, donde se casó muy joven, enseguida se trasladó a Barcelona. Con 19 años, abrió su primera zapatería. Hoy tiene seis y un restaurante.

Su restaurante. La taberna gallega de Marcos (lleva el nombre de su hijo) ofrece la mejor materia prima del país, con mariscos de O Grove o carne de Sarria.