O Couto Mixto reivindica su legado en la Historia

CALVOS DE RANDÍN

alejandro mínguez

La asociación de la antigua Andorra gallega nombró a tres nuevos «xuíces honorarios» en la iglesia de Santiago

02 jul 2016 . Actualizado a las 18:46 h.

La significación de O Couto Mixto, siempre a medio camino entre la mitificación y el olvido, resurge cada año en verano en el corazón de la antigua Andorra gallega, la iglesia de Santiago de Rubiás, en Calvos de Randín. Hacia estas fechas, la asociación de amigos do Couto nombra a nuevos «xuíces honorarios», personas que con su labor han promocionado la cultura y la interrelación transfronteriza. Entidades o individuos que han divulgado la tradición del antiguo territorio independiente formado desde el siglo XII hasta el XIX por las parroquias de Meaus (Baltar), Rubiás y Santiago (Calvos de Randín).

Corren buenos tiempos para la vigencia y trascendencia de la cultura raiana y de O Couto. Desterrado está ya el desconocimiento absoluto que muchos ourensanos tenían hasta hace menos de una década sobre una parte importante de su propia historia. Además, la Diputación acaba de aprobar una iniciativa para su puesta en valor y para reclamar lo evidente, que este territorio histórico sea declarado oficialmente territorio histórico.

Este resurgimiento fue destacado por el presidente de la asociación y actual senador, Luis García Mañá. «Temos boas impresións. Empeza a renacer un pouquiño esta terra aínda moi esquecida e abandoada», dijo. Los tres nuevos «xuíces» fueron reconocidos por variopintos motivos. El dúo musical 2nafronteira (formado por un italiano y una limiana) por ser embajadores musicales de O Couto; Educadores pola Paz, un grupo de docentes gallegos y lusos lo recibió por apostar por un espacio cultural sin fronteras; y la Eurocidade Valença-Tui, por sus servicios a ciudadanos de ambos lados.

El acto central incluyó la entrega de las llaves del arca de O Couto a los nuevos «xuíces» ante la presencia de vecinos limianos y de Montalegre. Como novedad, se plantó un ciprés en el atrio de la iglesia. José González, directivo de los Amigos do Couto, expuso que ese árbol era un símbolo. «Trátase dun recoñecemento ás Irmandades da Fala, precursores do que hoxe son as eurorexións galego-lusas», destacó.