El mejor amigo del hombre es Leo

Luis Manuel Rodríguez González
LUIS M. RODRÍGUEZ OURENSE / LA VOZ

BOBORÁS

Santi M. Amil

Un carpintero cincuentón y su mascota disfrutan del placer de competir

18 ene 2016 . Actualizado a las 14:45 h.

Más allá del vínculo que establecen humanos y perros, José Fernández Rodríguez y Leo forman un equipo, adscrito a la Asociación de Cans Deportistas (Acade) y el mushing, en concreto su modalidad de canicross, los ha entrelazado de un modo especial, desde sus inicios en el circuito de Boborás a la llegada al club compostelano.

Este carpintero carballiñés que ya ha cumplido los 58 años relata su fortuito encuentro con el cánido: «Sus dueños lo habían abandonado, así que lo recogí e intenté trasladarlo a la perrera. Como yo conocía bien a los responsables del centro, me dijeron que tenían todas las plazas ocupadas en aquel momento y que si podía quedarme unos días con el perro. Un tiempo más tarde, cuando me llamaron, ya les dije que me quedaría con él, porque le había cogido cariño».

Leo es un cruce entre mastín leonés y pastor alemán, que realmente no parecía el más adecuado para la práctica de un deporte que surgió en los países nórdicos, como opción de transporte sobre superficies nevadas. El mismo José aclara: «Más bien es un animal adecuado para defender casas y fincas. Es dominante y eso nos complica a veces las salidas, cuando están todos los participantes formados, por lo que yo casi siempre opto por quedarme al final».

Como todo trabajador autónomo, a Fernández Rodríguez le cuesta establecer horarios para su pasión deportiva, pero el binomio con el can le sirvió para convertirse en uno de los habituales en todas aquellas pruebas en las que ambos pudieran tomar parte del pelotón: «Ahora soy casi siempre el más veterano y Leo ya va por los 9 años según los cálculos del veterinario, por lo que pronto tendrá que retirarse, pero aún así somos constantes en nuestros entrenamientos, siempre que nos lo permiten otras obligaciones».

Sabe que pronto terminará la trayectoria deportiva de su mascota a la que dedica siempre los mejores cuidados, pero José prefiere seguir disfrutando de la compañía de su compañero de fatigas deportivas en las convocatorias federadas y, a buen seguro, seguirá contando con Leo para recorrer las pistas cercanas a su domicilio, en aquellos momentos de descanso que le pueda birlar a su horario laboral.

Mientras tanto, sigue aclarando en cada carrera de canicross, que el nombre de su colega animal no tiene que ver con el afamado Leo Messi: «Cuando se lo puse, el futbolista todavía no era tan famoso, en realidad yo quería ponerle León, porque con esa mezcla de razas más parecía el rey de la selva que un perro, pero al final lo abrevié, porque era más práctico para realizar su adiestramiento».

El carpintero, además de uno de los veteranos del pelotón del canicross gallego se ha convertido ya en abuelo por partida doble: «Al fin y al cabo hay pocos deportistas con nietos como yo en las competiciones federadas y Leo también es de los más experimentados en las carreras, así que nuestras vivencias servirán para dar algún consejo que otro a los que vienen llegando a este mundillo». Y es que debe ser cierto que el mejor amigo del hombre es el perro, en este caso, con corazón de león.

Boborás y su circuito estable de canicross acentuó la unión del binomio

La pista de Boborás fue una de las claves de la irrupción del mushing en la provincia de Ourense. En el municipio occidental se decidieron por incluir en la programación de su cross popular una prueba de canicross, a la cual se adaptaba a la perfección el circuito estable cercano a los seis kilómetros de longitud.

El propio José Fernández apunta que «es importante que se cumplan unas condiciones de temperatura y humedad, por el bien de los perros, ya que no pueden superarse los 16 grados, que en este recorrido y en las fechas de la carrera es raro que se alcancen». La reglamentación, en todo caso, contempla también la reducción de la longitud del trazado en caso de rebasar esa cota, siempre con la anuencia de los veterinarios responsables, cuya opinión será determinante.

Se trata, en todo caso, de uno de los emplazamientos mejor configurados para la práctica del mushing en Galicia, con curvas, subidas y bajadas que hacen más entretenidas las competiciones. Aunque en A Estrada o Santiago están invirtiendo en esos hábitats para realizar competiciones con perros y han redoblado la aportación en sus respectivos circuitos, Boborás se mantiene como referente en el itinerario autonómico, puntuando para la Liga Galega de Canicross y también, desde este año, para Campeonato Galego de Mushing, para lo cual han incluido la modalidad del bikejoring, con binomios de ciclista y perro.

En suma, un reclamo importante para los deportistas que disfrutan del deporte con sus animales de compañía, desde el simple esparcimiento a aquellos más competitivos que se han decidido por tomar parte en el exigente calendario autonómico, en cualquiera de sus distintas categorías. Fue el primer paso en una provincia en la que el mushing tiene calado.