Sigue la caída de un Barbadás con apuros para sumar goles

La Voz

BARBADÁS

Un gol del Boiro antes del descanso puso cuesta arriba la contienda de Os Carrís

08 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Goles: 0-1, min 41: Paco; 0-2, min 57: Yahvé; 1-2, min 80: Moisés.

Árbitro: Rodríguez Campos, del comité de A Coruña. No necesitó mostrar tarjetas a ninguno de los equipos, en un partido jugado con la máxima deportividad.

Incidencias: Os Carrís (A Valenzá). Poca afluencia de público, al coincidir el horario del partido con distintos actos del entroido ourensano, en la vigesimocuarta jornada del grupo gallego de la Tercera División.

Miguel, Martín, Quintairos, Germán Pérez (Hugo, min 72), Oli, Nacho Currás, Luis González, Moisés, Isi (Lamelas, min 68), Matelo (Esteban, min 87) y Alfredo.

Reguero, Paco, Borja, Marcos, Suso, Sidibé, Pablo Pillado, Herbert (Romay, min 77), Jorge Cano (Carlos Gómez, min 87), Rivera y Yahvé (Tubo, min 69).

Sigue atascado un Barbadás que no gana desde el pasado 29 de noviembre y que ayer se vio superado por la eficacia de un Boiro que parece dispuesto a cumplir los pronósticos en las plazas de promoción de ascenso.

Los problemas del combinado azulón ya comenzaron en el calentamiento, cuando se lesionó el meta Berto, propiciando el estreno de un sénior de primer año como el expabellonista Miguel Gándara. No fueron muchas las oportunidades en una y otra portería, pero si Reguero sacó un uno a uno con Alfredo, Paco sí aprovechó un servicio de Jorge Cano que no había alcanzado Rivera en primera instancia, todo un mazazo antes de llegar a la pausa.

Por si fuera poco y a sabiendas de los problemas del cuadro de Os Carrís para materializar sus ocasiones, otro toque preciso de Yahvé culminó la incursión por banda de Herbert. Con la contienda muy cuesta arriba, Peluso retocó su formación echando más madera a su ataque y la recompensa llegó cuando una entrega de Lamelas fue rematada por Moisés Pereiro, que había logrado burlar a sus marcadores. Quedaban poco más de diez minutos, incluida la prolongación, pero los visitantes no dejaron resquicios.