Era miembro del clan familiar oriundo de la localidad ourensana de Avión que labró su fortuna en México
20 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Solo cinco meses después del fallecimiento de Mario Vázquez Raña, uno de los referentes mundiales en el mundo de los negocios, la conocida familia de empresarios mexicanos de origen gallego perdía ayer a otro de sus miembros: Apolinar. Era el tercer hijo de Venancio Vázquez y María Raña, el matrimonio de la localidad ourensana de Avión que emigró en 1928 y del que surgiría una de las sagas empresariales más importantes e influyentes de México. Aunque mucho menos mediático que sus hermanos Olegario y Mario, Apolinar Vázquez Raña también desarrolló el gen empresarial que permitió a su padre pasar del humilde negocio de abonero -venta a plazos de mercancías- a crear los pujantes almacenes de muebles que acabaron llevando el nombre de Hermanos Vázquez. De hecho, Apolinar decidió continuar con el negocio de las mueblerías cuando sus hermanos Mario y Olegario fueron centrando sus esfuerzos y poniendo sus miras en otros sectores empresariales e industriales.
Salud delicada
La noticia de este nuevo fallecimiento en la familia más famosa del pueblo cogía por sorpresa a los vecinos de Avión, aunque todos sabían que su salud era últimamente bastante delicada. Recuerdan que hace dos años Apolinar Vázquez Raña pasó una larga temporada en la casa que la familia tiene en la localidad ourensana recuperándose de un ictus derivado de un problema coronario. Aunque era de los que no perdonaba una visita a España casi todos los veranos -su mujer es de origen santanderino-, aquella estancia para recuperarse en la tranquilidad de la montaña de O Ribeiro fue más larga de lo habitual. A Apolinar lo recordaban ayer en Avión como un hombre cordial y próximo. Una opinión que corrobora Manuel Prado, el alcalde del municipio vecino de Beariz. «Era una persona muy afable, muy campechana y de trato muy fácil», apuntaba tras conocer la noticia. Aunque a la hora de redactar esta información no había trascendido ningún dato sobre las exequias, es más que probable que el adiós al hombre más discreto de esta familia deslumbrante se celebre en México. Así ocurrió con su hermano Mario, fallecido en febrero. En Avión lo dan por hecho. Lo que no tienen tan claro es si Olegario y Abel, los dos hermanos que quedan, tendrán ánimo para acudir este año a la cita habitual con la fiesta en agosto.