«Hemos avanzado mucho en barreras físicas; en las de los prejuicios no»

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

ALLARIZ

Santi M. Amil

Dirigirá una jornada sobre discapacidad orientada a los niños en la biblioteca Nodal

01 dic 2016 . Actualizado a las 17:46 h.

Laura Novelle es licenciada en Historia y tiene un posgrado en gestión documental. Esta joven carballiñesa ha ejercido como docente en los campus de Vigo y Pontevedra y en la actualidad trabaja becada en la Biblioteca Pública Nodal de Ourense. Mañana viernes, junto a su compañero Miguel Cutrín, dirigirá las actividades programadas por la entidad con motivo del Día Internacional de la Diversidad Funcional, una realidad que ella conoce de primera mano ya que tiene la movilidad reducida desde su nacimiento.

-¿Qué objetivo se marca esta actividad?

-Por un lado que los niños conozcan la biblioteca y todos los servicios que ofrecemos y de los que pueden aprovecharse. Muchos creen que aquí solo tenemos libros y cuando ven que hay películas o videojuegos, alucinan, literalmente. Y por otro lado, aprovechando que el sábado es el día de la diversidad funcional, acercarlos a varias discapacidades a través de cuentos que tienen a animales como protagonistas y que posibilitan explicarles como es la ceguera, el autismo o la discapacidad intelectual desde un contexto natural, en el que se pone en valor el apoyo de los demás para sentirse integrado.

-¿Cómo encajan los menores la relación con la discapacidad?

-Yo llevé durante un tiempo una pequeña biblioteca en Allariz y mi experiencia con ellos y con los adolescentes es que lo encajan muchísimo mejor que los adultos. ¿Por qué pasa así? Porque no tienen prejuicios; para ellos eres una persona más que tiene una serie de cosas diferentes. Ellos ven la globalidad; lo que haces, aunque lo hagas de una forma diferente. En los adultos es distinto. Lo primero que ven es la discapacidad, no lo que haces.

-¿Siente que no se ha avanzado mucho en la integración?

-Hemos avanzado en la cuestión de las barreras físicas; pero en la de los prejuicios no tanto. Falta el reconocimiento de que las personas con diversidad funcional tenemos necesidades como cualquiera; también afectivas o sexuales por ejemplo. Ahí todavía te estigmatizan. A mí me ha pasado, por ejemplo, ir de viaje con un amigo y automáticamente dan por supuesto que ese acompañante tiene que ser tu hermano o alguien de tu familia.

-¿Cómo se afronta esa realidad?

-Con mucha fuerza de voluntad y con el apoyo de tu entorno más cercano. Es esencial. En 38 años he vivido un poco de todo, incluso desde la escuela cuando todavía no se apostaba por una educación inclusiva. Pero me considero afortunada porque siempre sentí el apoyo de mi familia y amigos, y también he tenido compañeros y profesores que me han ayudado. A veces, si no tienes quien te empuje moralmente, hay momentos que te cansas y te dan ganas de rendirte.

-De las ciudades gallegas ¿cuál cree que está mejor adaptada?

-Para mí el modelo de ciudad accesible es Pontevedra, sin duda alguna. Tienen el sistema de plataforma única, que han ido haciendo poco a poco, por barrios. Prácticamente no hay ninguna acera ni rampa que incumpla la normativa. Y esto lo digo porque hay un montón de rampas que son, como dice un amigo mío, trampas para suicidarse.

-Esta biblioteca no es precisamente un edificio cómodo para alguien con problemas de movilidad. ¿Cómo fue su integración?

-Yo llevo luchando contra las barreras arquitectónicas prácticamente desde que salí del instituto. Para mí todos los días es una lucha. En lo que respecta a este edificio no me sorprendió porque ya lo conocía desde que en 2013 había estado un mes para sustituir a otra persona; pero lo elegí porque me había gustado mucho aquella experiencia y el ambiente. Además conocía a las personas que están y sabía que iba a tener su apoyo. Supongo que, cuando finalmente la instalación se traslade a San Francisco, se ganará en este aspecto porque es cierto que es incómodo. Los ascensores, por ejemplo, no están adaptados y no tienen puertas automáticas ni el espacio suficiente y cuando viene alguien en silla de ruedas tenemos que subirlo por el montacargas.