La Festa do Boi se refugia en su historia

r. n. p. ourense / la voz

ALLARIZ

Medio millar de personas participaron en la procesión medieval de Xan de Arzúa

23 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Allariz regresó ayer al siglo XIV. La Festa do Boi se refugió en su historia y en los vínculos con Xan de Arzúa para reivindicar una celebración tradicional que ha sido puesta en tela de juicio por varios colectivo animalista. A media mañana, 500 personas participaron en la procesión medieval de Xan de Arzúa. Salieron desde O Eiró organizadas en 17 gremios, danzantes, tarasca, gigantes y cabezudos, músicos y judíos que escenificaron un guion que tiene como base los hechos sucedidos en el jueves de Corpus de 1317. Incluye numerosas situaciones humorísticas, reseñas históricas, música, equívocos y anacronismos que acentúan una puesta en escena que convence a los fieles de la celebración.

Todos los actores preparan con mimo su representación tras dos meses de ensayos. El relato narra el enfrentamiento entre judíos y cristianos que dio lugar a la Festa do Boi, aunque en clave de humor. Una hora antes del inicio de la procesión de Xan de Arzúa ya estaban abiertos en la rúa Pepe Puga el mercado medieval, con quince productos alaricanos que sirvieron para reponer fuerzas después de un fin de semana intenso.

Pero en el día grande de la Festa do Boi no faltó la presencia de los bueyes. Al finalizar la procesión se produjo la carrera medieval. Ya por la tarde, tuvo lugar el concurso de los Trobadores y de Sobremesas. En esta ocasión el producto con el que tendrán que ser elaboradas las sobremesas es la miel. La jornada concluyó con un pasacalles de la batucada Axóuxere y a las 20.30 horas una nueva Carreira do Boi.

Tal y como estaba anunciado, un grupo de activistas se concentró en la Alameda de Allariz para pedir la abolición de la Festa do Boi, tal y como estaba planteada en la actualidad. Unas quince personas se concentraron y leyeron un manifiesto en el que justificaron su petición al entender que los animales sufrían maltrato «psíquico». Defendieron que había otras fórmulas para la diversión sin ese papel del buey «sometido».