Más de 70.200 colmenas de miel endulzan Ourense

María Cobas Vázquez
María Cobas O BARCO / LA VOZ

A RÚA

La apicultura es un sector en alza en la provincia, con un crecimiento continuo en explotaciones y asentamientos

17 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La miel está viviendo una etapa dulce. En una provincia que pierde población de manera continua, cada vez son más las explotaciones apícolas y las colmenas. Y la previsión es que el sector siga creciendo.

A fecha del pasado martes, en Ourense se cuentan 70.203 colmenas. Es el dato oficial de la Consellería de Medio Rural, que lleva el registro de instalaciones apícolas, en el que obligatoriamente tienen que estar censados todos los paneles. Son más del doble de las que había a uno de enero de 2010. En aquel momento, que fue cuando se puso en marcha el registro, se contabilizaron en la provincia un total de 29.654. Y el hecho de que a uno de enero de 2016 fuesen 63.893 demuestra que la progresión es ascendente.

No solo han crecido las explotaciones, que también. La crisis provocó que muchos que tenían la apicultura como un complemento a la economía familiar decidiesen apostar por la miel como un medio de vida. Y se ha sumado gente nueva. En 2010 había 740 explotaciones, que son ahora 1.109 (63 más que hace un año). Crecen las colmenas, crecen las explotaciones y crecen los asentamientos, es decir, los lugares en los que están instalados los colmenares. Son un total de 2.696 en la provincia en la actualidad (hace siete años había 1.186).

La situación de Ourense no es ajena a lo que sucede en el resto de Galicia. En las cuatro provincias había 88.800 en enero de 2010, y son 157.068 ahora mismo.

La producción ourensana se vende a granel para grandes envasadoras que exportan el producto a diferentes países, y también en comercialización primaria. Alrededor de un 30% de la producción está amparada por el sello de la Indicación Xeográfica Protexida Mel de Galicia; que en Ourense cuenta con cinco envasadores adscritos, uno en Lobios, otro en Baltar, otro en A Rúa de Valdeorras y dos en la ciudad.

Las ventajas de los apicultores están en una flora variada, montes de grandes dimensiones, montañas y valles separadas por pequeñas distancias, poca agricultura extensiva... Son factores que ayudan a que tener colmenas sea un negocio que muchos han conseguido convertir en rentable y que, además, supone una inversión pequeña (de unos 100 euros por colmena). Eso sí, desde la Asociación Galega de Apicultura advierten que es necesario ir con calma. Es preciso ir creciendo poco a poco, por lo que son necesarios unos tres años para conseguir que el negocio sea rentable. Y hay que tener en cuenta que se depende de factores externos, como los incendios o la tan temida velutina, que todavía no está por aquí.