Así duermen los peregrinos en la provincia

m. cobas / X. M. R. OURENSE / LA VOZ

A RÚA

LOLITA VÁZQUEZ

En el albergue privado de A Rúa de Valdeorras siempre han utilizado la ropa de cama de tela para los caminantes

12 nov 2019 . Actualizado a las 18:28 h.

«Eu aos peregrinos trátoos como se foran da miña familia». Así explica Manuela Arias cómo es el trato en A Casa da Solaina, el albergue privado que regenta en A Rúa de Valdeorras. Es la única hospitalera en el tramo ourensano del Camiño de Inverno, y a sus 93 años se encarga de hacer las camas. «Venme axudar a limpar e pasar o ferro unha muller», explica. De todo lo demás se ocupa ella, incluso para dar los desayunos cuando su hija no está. En esas camas que hace ya cumplen la norma de la Xunta de tener sábanas de tela, edredón y manta. Y van más allá, porque todo se lava nada más marchar el peregrino. ¿Y por qué tela? «Porque se quero sabas de tea para min, tamén para os que veñen», responde.

Arias está encantada con el albergue, que lleva tres años abierto, por la posibilidad de conocer a peregrinos. Solo tiene buenas palabras para ellos. «Marchan contentísimos, abrázanme, bícanme; algúns escríbenme e mándanme mensaxes», relata. El albergue está en las instalaciones de su propia casa, y cuenta con siete camas individuales, con la posibilidad de alcanzar hasta las once plazas con supletorias.

La nueva normativa, que data de mayo y que en teoría ya se debería estar cumpliendo, suscita posiciones dispares. En el Grelo Hostel de Ourense no creen que vayan a cambiar mucho las cosas en su caso concreto: «Nosotros ya cumplimos desde que entraron en vigor las nuevas directrices, que por otra parte coincidían con lo que veníamos haciendo». En dicho establecimiento, creado en 2014 por Santi Vilar y Paqui Julián, retiran las sábanas de tela y se echan a lavar cada vez que pernocta un peregrino. Cuentan con 32 plazas, repartidas en tres habitaciones. El nuevo escenario lo ve el propietario como una actuación dirigida a regular el funcionamiento de estos lugares: «En algunos casos lo que se contempla es poner una cama, sin más, a disposición del peregrino porque se supone que ya usa su propio saco de dormir».

En otro de los albergues privados de la provincia, el Rosita de Campobecerros, siguen las mismas pautas que se vienen realizando por la gran mayoría de los establecimientos del sector: se facilitan sábanas y almohadas desechables.

El monasterio cisterciense de Oseira también cuenta con un albergue en la Ruta da Prata. Son cuarenta las plazas que se ofrecen, aunque su consideración no es la de albergue privado. Está consorciado con el Xacobeo para su funcionamiento.

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