Mecenas para recuperar un viñedo

María Cobas Vázquez
MARÍA COBAS O BARCO

A RÚA

Javier García Arias, trabajando en la finca de cepas de garnacha centenaria en Petín.
Javier García Arias, trabajando en la finca de cepas de garnacha centenaria en Petín. lolita vázquez< / span>

Un viticultor valdeorrés trata de reunir 9.000 euros con pequeñas donaciones para comprar una finca de cepas centenarias de garnacha

13 abr 2015 . Actualizado a las 07:31 h.

Micromecenazgo. La palabra llegó a nuestras vidas hace unos años como una forma ideada por los jóvenes artistas para sacar adelante sus proyectos. Los mecenas en el arte hace siglos que se extinguieron. Pero la idea no estaba mal. La de alguien que creía en un proyecto y lo apoyaba con su dinero. Y mucha gente creía, pero con medios limitados. Así que al final, de la sinergia de ambas realidades, surgió el micromecenazgo (bueno, en realidad nos llegó como crowdfunding, que todo lo que suene a anglosajón parece que entra mejor). Decenas, cientos, miles de libros y discos se han editado en los últimos años gracias a esta forma de apuesta colectiva. Pero el abanico se está abriendo. Por qué no vino, se preguntó Javier García Arias. El gerente de la bodega Sampayolo, amparada por la denominación de origen Valdeorras, quiere ampliar sus viñedos incorporando una finca de garnacha centenaria. Necesita 9.000 euros. No los tiene. Así que pensó en el micromecenazgo. Ha iniciado la colecta a través de la plataforma Lánzanos. Lleva 30 días, y ya ha recaudado más del 50 % del dinero que necesita. Le quedan todavía 60 días por delante para reunir el resto. No duda de que lo conseguirá.

García Arias lleva años trabajando la finca que ahora quiere comprar. No fue fácil lograr el acuerdo. Ocho meses le costó dar con todos los propietarios y lograr los papeles, entre partijas e hijuelas. Pero al final, «llegamos a un acuerdo», resume. Su objetivo es rehabilitar una viña a la que ve enormes potenciales. «Las cepas merecen la pena, porque son cepas que tienen más de cien años; lo que pasa es que están muy muertas, hay que intentar rehabilitarlas y sacar de aquí un vino excepcional, que ya lo estoy haciendo porque ya la estoy trabajando», señala. De hecho, en días pasados estaba mineralizando el suelo, fundamentalmente pizarroso. Después de más de un siglo, es preciso un cariño especial. Después vendrá el arado del terreno, y finalmente el abono «para que la cepa tire», explica el viticultor.

El gerente de Sampayolo destaca la potencialidad de la garnacha, cada vez más demandada por los bebedores de vino, y muy escasa. «Cuando fue de la reestructuración del viñedo, se nos recomendaba arranca las viñas viejas, sobre todo de este tipo, que están plantadas en vaso, y plantar principalmente godello y mencía en espaldera», señala. Al ser fincas pequeñas, no se podían mecanizar, y tenían poco rendimiento, por lo que no resultaban rentables y mucha gente las arrancó. «Y ahora todas las bodegas estamos locos buscando garnacha centenaria, que no la hay, y si tú la plantas no es lo mismo... Aunque la plantes de nuevo, cuando empiece a dar, son vinos muy diferentes a estos», resalta. En el caso de la finca que él quiere comprar, «el año pasado dio 14,85 grados». Destaca que el vino que sale de la finca «está logrando todos los premios que puede lograr, los que no hay que pagar; porque no estoy yo como para inscribirme en muchos premios», añade el viticultor.

Una etiqueta con la escritura de compraventa de 1908

Cada mecenas puede aportar 20, 50 o 100 euros. Es el máximo, porque García quiere que sea un proyecto de muchos. De momento ya son casi 50 las personas que han puesto dinero para a través de Lánzanos. «Y a poca gente que se lo cuenten, aunque solo sea a cinco personas cada uno, al final será mucha gente la que conocerá el proyecto», destaca el viticultor. A cambio de su aportación, dependiendo del dinero, los mecenas recibirán (entre otras cosas) de 1 a 6 botellas de la próxima cosecha salida de la uva producida en la finca de garnacha. Todas llevarán una etiqueta especial «que llevará la última escritura de compraventa de la finca, que es de 1908», avanza García. Será una vendimia especial que no saldrá al mercado. Solo para los mecenas.