El Bibei todavía sufre los efectos del pedrisco que dañó los viñedos en 2015

Carlos Cortés
carlos cortés REDACCIÓN / LA VOZ

A POBRA DE TRIVES

Ni viticultores ni bodegas de la zona han llegado a cobrar ayudas de carácter público

26 ago 2016 . Actualizado a las 14:23 h.

Los viticultores del Bibei saben bien lo que están pasando estos días sus colegas de Doade. Viñedos enteros situados en los municipios de Manzaneda y A Pobra de Trives sufrieron en julio del año pasado una tormenta de granizo de efectos catastróficos como la que descargó este lunes en el cañón del Sil. Un año después, las viñas del Bibei todavía no se han recuperado y sus propietarios no han recibido ni un euro en ayudas públicas.

A muchos de los que sufrieron aquello, les llamó la atención la rapidez con la que parece haber reaccionado ahora la Xunta a lo sucedido en Doade, con visita de la conselleira al día siguiente incluida. «Aquí non veu ninguén -recuerda Xiana Rodríguez, de la bodega Chao do Couso, de Trives-, tivemos que ir nós a Ourense para que nos dixesen que non había nada que facer, que como moito nos arranxarían as pistas».

Ni siquiera las pistas

Efectivamente, más de un año después, no ha habido ayudas directas. Es más, los afectados aseguran que la Xunta ni siquiera puso fondos para la recuperación de las pistas destrozadas por el agua. Sobre la hipotética declaración de zona de emergencia, en la delegación territorial de la Xunta en Ourense les dijeron que no había ninguna posibilidad. Ellos y los alcaldes de Manzaneda y A Pobra de Trives se movieron, pero no les sirvió de nada. Entre los viticultores y bodegueros de esos municipios cunde estos días una cierta sensación de agravio por la rapidez con la que la Xunta ha prometido ahora estudiar posibles ayudas.

Aquella tormenta de julio destrozó viñedos pertenecientes a Chao do Couso y a otras cuatro bodegas registradas en la denominación de origen Ribeira Sacra: Ladeira da Mata, Pazo da Corga y Dominio de Bibei. Esta última, con sus 32 hectáreas es con diferencia la que más superficie en producción tiene en la zona sobre la que descargó aquella tormenta. El consorcio de seguros agrarios certificó entonces que se habían quedado sin producción en el 62% de su terreno. La compensación económica llegó a tiempo y pudieron comprar uva en otras zonas de la Ribeira Sacra con la que salvar al menos una parte de la campaña. Pero eso fue porque tenían un seguro. En general, tanto en el Bibei como en Doade los grandes propietarios disponen de seguro, pero los pequeños no.

Un año después, todos los consultados coinciden en que las viñas no se han recuperado todavía. Pero nadie se atreve a dar porcentajes. «Este ano foi malo que veu con moita humidade, así que este ano vai haber menos uva, pero resulta difícil saber que parte ten que ver co pedrisco do ano pasado e cal coas condicións adversas destes meses últimos», apunta Ana María Pérez, de la bodega Ladeira da Mata. La experiencia de los viticultores y bodegueros del Bibei respalda los avisos lanzados por los técnicos tras la granizada del lunes. Cuentan que Laura Lorenzo, de la bodega Daterra Viticultores, situada en Manzaneda, se lanzó a avisar a sus vecinos para que no demorasen los tratamientos. La tormenta cayó en viernes y en pleno verano, pero dejar pasar el fin de semana habría sido temerario. «Nun caso así cómpre reaccionar antes de que pasen 48 horas para dar un primeiro tratamento de urxencia», explica Lorenzo.

Es solo el primer paso. Después queda por delante una campaña en la que es preciso multiplicar los cuidados y trabajar sobre la viña mucho más de lo habitual. Laura Lorenzo no cree que en Doade las plantas afectadas tengan por qué evolucionar igual que lo hicieron en el Bibei. Para empezar, porque aquella granizada fue en julio y esta en agosto y a pocas semanas de la vendimia. «Cando nos pasou a nós aínda non empezara a colorear a uva e o acio seguía funcionando como unha folla -recuerda-, pero en Doade xa teñen os acios enverados e por riba cun ano moi estresante de calor». La evolución, resumen, va a depender del tipo de planta y de las condiciones de cada parcela.