El lirismo de la danza en la plástica de Helena de Medeiros en el centro cultural Marcos Valcárcel
22 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«No busques en nidos de antaño pájaros volando», Miguel de Cervantes.
El centro cultural Marcos Valcárcel, dirigido por Francisco González, presenta la obra de la artista lusa Helena de Medeiros con la colección titulada Random Birds. La exposición, compuesta por un nutrido número de pinturas de gran tamaño se ve completada por dos esculturas: Mulher pássaro, de pequeño formato realizada en yeso sintético irrompible. Los brazos se alargan transfigurados en alas en movimiento. Las extremidades se hipertrofian acentuando el ritmo de la escultura que en su liviano volumen, rompe la symmetría la pieza descentrada en inestable equilibrio y en la torsión del cuerpo cuya estilización remite a Giacometti y en su diálogo con el espacio a Moore, en ritmo a Boccioni y Futurismo, en el abrupto escorzo a la Ménade borracha de la época helenística y estilísticamente en el plano del lenguaje al Expresionismo de formas que expiran hacia la abstracción. Metamorfosis del vuelo, metafísica orgánica.
La otra escultura fue concebida para ser suspendida de la cubierta para que su sombra se proyecte en el espacio como una coreografía. Esta obra surge de la colaboración creativa entre Helena de Medeiros y Lola Khurramova. Pieza única realizada en yeso sintético y policromía dorada que remite al preciosismo del pan de oro de la iconografía religiosa y a los vestuarios para ballets. La artista colabora como diseñadora (costumer designer) para importantes compañías de ballet contemporáneo de reputación internacional. El movimiento que sugiere la pieza remite a los cuadros de ballet de Degas.
Metáforas visuales que sugieren el vuelo aleatorio de las aves y se sincronizan en una curiosa coreografía de la que van surgiendo las figuras reduplicadas, los bailarines, se abren paso sobre las escenografías que se aplastan contra el fondo. Son técnicas mixtas construidas con la adhesión de distintos materiales plásticos y no pictóricos en collage, pan de oro, grafito, acrílico, barnices, cinta de carrocero… mediante una técnica de corte informalista que adquiere elementos herederos del Expresionismo Abstracto americano como chorreos, goteos y manchas y elementos cubistas propios de una fragmentación del espacio. Aún a pesar de que el soporte es papel las obras adquieren una dimensión colosal. Los miembros alargados deforman las anatomías a favor del ritmo como un trampantojo visual, las figuras se sintetizan en el movimiento alcanzando un nivel de fluido. Abunda en tintas chinas y texturas generadas con la combinación de barnices que dotan a la obra de un aspecto dinámico, oscuro y ocre con matices terrosos. Este aspecto telúrico remite a la obra del artista gallego Tomé de un expresionismo lírico, vehículo de emociones y transmisor de convulsas sensaciones sin la amargura dialéctica del esperpento del Expresionismo de vanguardias. Aislando a los personajes en espacios descontextualizados de fondos cambiantes y tendentes a la monocromía de distintas intensidades, refuerza la arquitectura anatómica. En las escenas grupales las figuras eclosionan con fuerza centrípeta y resaltan en las iluminaciones realizadas con blanco cuyo dibujo enmarca la fórmula figurativa de la mancha y define los volúmenes. El movimiento yuxtapone a las figuras alterando los planos perspectivos con graduaciones de escala a efectos de profundidad y lejanía, que se acompañan con distintas posiciones propias de la danza. Cuando el fondo como espacio telón no se define, las figuras gesticulan de forma dramática, véase Alice Queen cuya construcción remite a Cezànne y al cubismo en la descomposición geométrica, donde integra la corporeidad enérgica de la bailarina siendo el fin potenciar el impacto emocional exagerando las extremidades en una amplia zancada como una esquematización simbólica.
Representa las emociones centrando su interés en la naturaleza interna de los personajes. Capta la fuerza psicológica y el ambiente a través de una composición agresiva y dinámica. La policromía se tiñe de rojo con un aumento del suspense y mayor eficacia dramática.
Resuelve la obra con acabado de boceto que dota de gestualidad, rapidez y espontaneidad a la obra, multiplica como a cámara lenta las fases del movimiento como hubiera documentado Muybridge en el zoopraxiscopio, inclusión de múltiples secuencias de un movimiento en base a la llamada persistencia retiniana y en la representación de toda la secuencia como se anticipó Balla en Dinamismo de un perro con correa.