El fiscal pide 26 años y medio de cárcel por el crimen del farmacéutico

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Ve una agravante en el homicidio pero rebajó a la mitad la pena reclamada por incendio

28 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El fiscal redujo la petición de condena por el delito de incendio para Alexandru M. Luca, acusado de matar al farmacéutico Tomás Milia la noche del 4 de octubre del 2013. Considera probado que el joven rumano fue quien provocó intencionadamente el incendio para borrar huellas y que el fuego generó una cantidad importante de humo y por ello creó un «riesgo grave» a los residentes en el edificio, que dormían. El acusador público sostuvo que hubo riesgo para la vida de las personas, pero consideró finalmente de menor entidad el peligro y bajó a seis años, la mitad, su petición por este delito.

En total, la fiscalía pide son 26 años y medio de cárcel. En el homicidio, el fiscal aprecia la agravante de abuso de superioridad por la fortaleza del joven, de entonces 19 años, frente a su víctima, de 72. Estima que le atacó con «ánimo de matar» porque usó un arma punzante y cortante contra órganos vitales. El veterano Carlos Valenzuela dijo que en pocos casos había visto una «prueba tan contundente» de comisión de este y los otros delitos.

Según el fiscal, el encausado, después de matar a Milia, robó -tras buscar en un armario- la colección de relojes de bolsillo del farmacéutico valorada en más de doce mil euros. Por robo violento reclama para Luca una pena de 3,6 años de cárcel. Añadió otros tres por la intención de atentar contra el policía que registraba su coche. El letrado del viudo se adhirió.

Más severa es la petición del acusador que representa a los familiares, 49 años de cárcel. Mantuvo que hubo alevosía en el homicidio con una agresión sorpresiva, rápida, «por detrás» y que eliminó la defensa de la víctima.

Luca: «Esa mañana unos agentes de policía me dieron una paliza»

Después de cuatro días de juicio, más los tres años y medio que pasó callado mientras se instruía la causa tras su detención, Alexandru M. Luca habló ayer, al final, para hacer uso del derecho a la última palabra. Como explicación a la versión que dio en la comisaría, dijo: «Ese día por la mañana unos agentes de policía me dieron una paliza y me maltrataron psicológicamente». Añadió que aún no se cree que tenga que estar en la cárcel y que por eso se tiró una vez de un tejado en la prisión provincial.

Su abogada de oficio -que asumió la defensa de este difícil caso después que de su letrado de pago lo dejara hace poco más de un mes- hiló argumentos que podrían hacer dudar de la culpabilidad de su representado y pidió su libre absolución. Expuso que su declaración en comisaría fue bajo un estado de nerviosismo y que incluyó cosas inciertas o contradictorias que no se ratificaron en sede judicial antes de la vista oral, como tampoco otras declaraciones de testigos.

Sobre que fuera visto cerca del lugar del crimen, apuntó que los agentes lo vieron en la calle y no en el edificio. Solo un testigo, puntualizó, lo encontró saliendo del ascensor «suponiendo que bajaba del quinto piso». Sobre otras posibles contradicciones con la confesión del acusado ante la policía, comentó que nadie observó los envases de lejía con la que Luca dijo que había lavado el cuerpo ni restos de este producto en el cadáver. La defensora argumentó que el cuerpo pudo ser depositado en la bañera por dos personas pues no había señales de arrastre.

Sobre las pruebas físicas, apuntó que no aparecieron huellas del acusado ni en prendas con sangre, ni en cuchillo o la bolsa de farmacia recuperada con guantes y la supuesta arma homicida. Refirió que los peritos negaron que ninguno de los cuchillos encontrados fuese el arma utilizada en el homicidio. Tampoco la autopsia determinó con exactitud, dijo, la hora de la muerte y que el ADN del acusado se extrajo de muestras «atribuidas, que ponen los resultados en duda». Sobre el incendio, manifestó que la hora no concuerda pues un vecino dijo que notó humo a las 5.10 horas y el acusado llegó a esa hora o más tarde al centro en taxi.