«En el torneo tuve que defender que Donald Trump ganaría las elecciones»

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

miguel villar

La ourensana Aida González es campeona mundial de debate universitario

23 feb 2017 . Actualizado a las 12:34 h.

Aida González es ourensana, estudia Periodismo en la Universidad de Santiago y, a sus 21 años, es campeona mundial de debate universitario. Hoy participará en un taller que tendrá lugar en la Molinera, en el que explicará a otros jóvenes cómo se ha convertido en una profesional de esta especialidad.

-¿Cómo se introdujo en el mundo del debate universitario?

-Era una actividad que yo conocía de mi estancia en el colegio Franciscanas. Sabía que había algunos compañeros que participaban en una liga de debate, pero en aquellos años yo estaba más centrada en el teatro. Sin embargo, cuando llegué a la universidad, me di cuenta de que el grado que había escogido, el de Periodismo, no me gustaba, así que empecé a buscar cosas que llenasen mi tiempo. Fue entonces cuando apareció por la facultad el anuncio de la liga de debate, así que apunté con unas amigas.

-¿Y cómo fueron los comienzos?

-En la primera liga interna no tuve demasiado éxito, pero me mandaron a un torneo nacional a Córdoba, en el que mi equipo quedó semifinalista. Entonces empecé a ver que se me podía dar bien así que al año siguiente fui a otro en Valencia, que organizaba la CEU. Ganamos esa competición nacional y, el año pasado, surgió la oportunidad de asistir al mundial. Como era en Córdoba, fuimos en coche unos cuantos compañeros. Nuestra aspiración era pasar a octavos, no pedíamos más, pero luego pasamos a cuartos, luego a semifinales y, al llegar a la final, resultó que ganamos. Así me convertí, junto a mi compañera, Atenea Luana, en campeona mundial.

-¿Cómo se prepara para estas competiciones?

-El debate de competición parte de una especie de juego de rol, por lo que es importante tener método. Eso se prepara. Hay formación sobre teoría de la argumentación, sobre estructura de un discurso o sobre como manejarse con una cierta elegancia en el panorama del discurso público. Más allá de eso, lo que a mi me enseñó mi padre es que para hablar diez minutos hay que haber leído una hora, y yo creo que tiene razón. Es necesario conocer la historia para opinar, tener un punto de vista formado sobre las cosas. Al final el debate se compone de fondo de y forma, y si no tienes fondo, por mucha forma que tengas estás perdido.

-¿De qué forma se defiende una postura en la que no se cree?

-Yo creo que todo en este mundo es debatible y opinable desde todos los puntos de vista. En el momento en el que a ti, por el juego de rol en el que consiste un debate, te toca defender una posición que no compartes, lo importante es intentar que la defensa que tu hagas de esa postura se haga desde el respeto y sin engañar a nadie. Nunca se debe caer en falsos tópicos, hay acercarse desde el respeto y defender las ideas lo mejor que se pueda.

-¿Qué opinas de los encuentros televisivos?

-Creo que son espectáculo. Son un ejercicio en el que entran en juego más factores que los propios del debate, porque está creado para generar audiencia y contentar a unos anunciantes. Pienso que deberíamos llamarlo más bien infoshow.

-El movimento de debate está presente en el ámbito universitario, pero, en general, no parece gustar demasiado...

-A la gente le encanta contar su opinión, pero no le gusta argumentarla. Estamos expuestos a una sobredosis de opiniones, pero faltan razonamientos. Creo que nos pilla en un momento en el que es una oportunidad, porque la gente tiene más ganas de hablar y de expresarse que nunca.

-¿Cuál es la postura más complicada que ha defendido?

-Lo más difícil que me ha tocado hacer y de lo que más airosa he salido fue un torneo en el que tuve que defender que Donald Trump ganaría las elecciones. Al final no solo gané el debate sino que la vida nos dio la razón. Fue durante el mundial y la verdad es que fue complicado, porque entonces parecía imposible que pudiera pasar, pero pasó.