«No es correcto hablar de corrupción en el caso de la comisaria de policía»

pepe seoane OURENSE / LA VOZ

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santi m. amil

El juez decano de Ourense considera necesaria la creación de un nuevo juzgado de instancia y también el tercer penal

06 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No ha cumplido ni dos años como juez decano de Ourense, pero el último ha sido especialmente intenso para Leonardo Álvarez Pérez (Caracas, 1970). Una intervención en su juzgado que puso bajo sospecha a la comisaría de policía de Ourense y la querella que contra él presentó la ex concejala socialista Áurea Soto lo situó directamente bajo los focos. Que un juez adquiera la condición de investigado y se vea ante un compañero, asistido de abogado, es un escenario tan como frecuente como inesperado.

-¿Qué es más incómodo, ser destinatario de una querella o poner bajo sospecha a policías con los que trabajaba codo con codo en muchos asuntos?

-Sin duda, el caso de la policía. Es mucho peor. Son cosas diferentes, pero es mucho más duro.

-La semana que viene hará un año de aquella intervención que puso patas arriba la comisaría, con el desmantelamiento del grupo de drogas. En algún momento hasta se habló de corrupción policial en Ourense. ¿Era tanto?

-Creo que el término corrupción no es correcto en este caso, en el que afectó a la comisaría de policía. Yo diría que había mala praxis, es decir, que se pudo haber traspasado la barrera de la legalidad. Corrupción, para mí, está mal empleado.

-A la vista de la repercusión que el asunto tuvo, si pudiera volver atrás, ¿haría lo mismo?

-No se puede prever el impacto que un caso vaya a tener. Si yo hice lo que hice y Asuntos Internos hizo lo suyo, es porque creímos que era lo correcto. La dimensión mediática no depende de mí. Yo no puedo trabajar pensando en lo que vais a escribir. Hice lo que creo que tenía que hacer, volvería a hacerlo y respaldo al cien por ciento la actuación de Asuntos Internos. Otra cosa es que se pudiera haber hecho mejor. No lo sabremos nunca. En aquel momento pensé que era lo correcto y sigo pensando lo mismo.

-¿Va todo junto: los anónimos, las armas y la drogas?

-Ahora mismo estamos pendientes de la instrucción sobre la muerte de un agente. No sé como está y no sé si habrá que unirlo todo o no. Los anónimos y las drogas son asuntos separados.

-¿Cree que dan buena imagen cuando se perciben claramente diferencias de criterio entre jueces y fiscales, o entre magistrados, con puntos de vista o resoluciones muy diferentes?

-Creo que es bueno. Eso demuestra que los juristas trabajamos sobre las leyes y se busca la mejor interpretación, aunque a veces, de cara al público, pueda crear dudas, o generar inseguridad. Yo no lo veo así, creo que denota que se estudian los casos, aunque el enfoque sea distinto.

-¿Cómo sienta, por ejemplo, que salga en libertad una persona a quien un mes antes envió a prisión por unos kilos de cocaína?

-Siete kilos. Lo encajas. Yo respeto lo que decide la Audiencia. Cuando envío a prisión a una persona, lo razono y lo motivo en esa resolución, porque creo que es lo correcto. Si la Audiencia discrepa, no pasa nada. No es una cuestión personal. Yo, al menos, no lo tomo así.

-Pero generará tensión...

-A mí, ninguna.

-¿Qué le parece que un juez cambie de escenario de trabajo y se dedique a la política?

-¿Hablamos del candidato de En Marea, no?

-Anticipando, claro, la posibilidad de que regrese al ejercicio profesional como magistrado...

-Es un tema que hemos hablado en las recientes jornadas de decanos de España. Este compañero pide la excedencia, se dedica a la política y dentro de unos años quiere volver. ¿Se lo prohíbes? Veamos el caso contrario, un alcalde, un concejal, un diputado, que aprueba la oposición de juez. ¿Podría acceder a la carrera judicial? Es lo mismo. Lo que hace falta es regularlo mirando hacia los dos lados, porque tan contaminado está el alcalde que luego es juez, como el juez que es alcalde y vuelve a ser juez.

-¿Su opinión personal?

-Volviendo al principio, no veo por qué no va a volver a la judicatura. ¿Problema? La imagen. El juez tiene que darla de independencia, pero si muestra tendencias políticas durante años, se ve afectada esa imagen, independientemente de que como juez actúes con absoluta objetividad, que eso no se discute. El problema es la imagen. Por eso proponemos que se regule. No hay unanimidad de criterio. ¿Por qué un buen magistrado, con grandes conocimientos jurídicos, no va a ser ministro de justicia?

«Falta un juzgado de instancia y un penal»

A Leonardo Álvarez le tocó vivir como decano el traslado y la inauguración del nuevo edificio judicial, escuchar quejas, filtrarlas y transmitirlas a la Xunta. La demanda de nuevos órganos judiciales es algo recurrente.

-Hace pocos días, en una reunión de funcionarios, se planteaba la demanda de un nuevo juzgado de lo penal. ¿La comparte?

-Totalmente de acuerdo.

-¿Es la prioridad?

-Digamos que es una de ellas. En Ourense falta un juzgado de instancia y un penal. Son tan necesarios uno como otro. En instrucción, sin embargo, creo que nos arreglamos, aunque no falta trabajo.

-¿Familia, mercantil?

-Ourense, como capital de provincia, tiene que tener juzgados exclusivos de familia y mercantil con independencia de los números. Otro instancia permitirá convertirlos en exclusivos y que el resto no se sobrecargue. Cualquiera puede pensar, le quitamos trabajo a un juzgado y el juez se aburre... Esto no funciona así. Si tengo que poner diez sentencias, le dedico un tiempo. Si tengo que poner cinco, le dedico el doble. Cuanta menos carga de trabajo tengo, mejor va a funcionar, mejor van a ser las resoluciones y más trabajadas. Queremos una justicia de calidad y con otro juzgado de instancia ganamos en calidad y rapidez.

-De las deficiencias y las reclamaciones referidas al nuevo edificio judicial, ni hablamos, ¿no?

-A corto plazo, espero que se solucione el problema de luz y confío en que, a corto pazo, nos abran ventanas tanto en despachos como en oficinas. Y también espero tener pronto la sala Gesell para exploración de menores.

«Son los partidos los que condenan a sus cargos antes de tiempo»

A finales de enero del 2015, al poco de ser elegido decano, en una entrevista en este periódico y al hilo de la renuncia de la ex concejala Áurea Soto, decía que «el político no debería dimitir hasta que haya sentencia firme».

-Sigo pensando lo mismo.

-De las críticas, que entonces asomaban y molestaban, se ha pasado a la querella contra el juez.

-Molesta, claro, pero hay que aceptarlo. Si alguien considera que has actuado fuera de la legalidad, se querella y ejerce un derecho, se encaja y nada más.

-¿Debería tener la querella otro efecto? ¿Ha pensando, por ejemplo, en renunciar a ser decano?

-No. Lo comentas con los compañeros y nada más. Es un cargo electo. Soy decano porque ellos lo han querido así. Los compañeros dijeron que no tenía que hacer nada. No soy un cargo político. Cuando ellos dejen de confiar, dejaré de ser decano.

-En la misma entrevista del 2015 se preguntaba, literalmente, ‘qué ganó dimitiendo Áurea Soto, si acaba absuelta por las dos causas por las que irá a juicio’. De una ya ha sido exculpada...

-Fíjate si tenía yo razón.

-¿Se equivocan al dejarlo?

-A ver. Lo llevo hablado muchas veces, incluso con Núñez Feijoo. Una de las máximas de nuestro derecho es la presunción de inocencia. Toda persona lo es, mientras no se demuestre lo contrario con una sentencia firme. Cuando un partido, el que sea, decide que uno de sus cargos dimita, porque está imputado, lo está condenando. Pero es el partido, no es el juez ni el fiscal. En ningún momento dicté una resolución acordando que un político tuviera que separarse de su cargo. Son los partidos los que condenan a sus cargos antes de tiempo. Que no busquen responsabilidad del juez o del fiscal. Si confían en su gente y creen que van a juicio injustamente, por qué no mantenerlos en el cargo. No lo entiendo. Es algo que también hemos hablado en la reunión de decanos y creemos que no estamos legitimados para decir a un partido como tiene que regularse de una forma interna. Si ellos deciden que un cargo tiene que cesar, pues que cese, pero eso es política.

-¿Se ve condicionado por el efecto de citar a un cargo político?

-No. Ni lo pienso. Cuando pongo un auto no miro el cargo, me da igual que seas abogado, fontanero, carpintero o alcalde. Lo que no puedo es pensar en el efecto que tendrá una citación. Hablamos de igualdad ante la ley. Si soy imparcial, trato a todos por igual. Y si tiene que venir como investigado, pues como los demás.