La mayor parte de la militancia del PSOE planta la reunión para decir no a Rajoy

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE

OURENSE

MIGUEL VILLAR

La diputada ourensana, Rocío de Frutos, insiste en que si es necesario romperá la disciplina de voto del comité federal: «Siento vergüenza por la abstención»

21 oct 2016 . Actualizado a las 12:43 h.

La mayor parte de los militantes del PSOE en la ciudad, que son 543 personas, dio ayer plantón a la asamblea convocada por la dirección local del partido para pronunciarse sobre una eventual investidura de Mariano Rajoy. La intención era hacer visible el rechazo mayoritario de la militancia a la abstención del PSOE en una eventual investidura de Mariano Rajoy como presidente, pero la reunión sirvió para hacer patente de nuevo la división del partido en Ourense.

La reunión comenzó con todos los ojos puestos en la secretaria de Organización provincial, María Quintas, que es la única ourensana en el comité federal, el órgano que este domingo decidirá entre el no y la abstención. Ella ya había avanzado que votará siguiendo las directrices de la nueva gestora, que parece ya decidida a facilitar un Gobierno del PP. La asamblea arrancó con mucha tensión y con algunos militantes recordando incluso a sus abuelos «en la cuneta» para mostrar su rechazo a la abstención. Cuando Quintas tomó la palabra, los ánimos se encendieron y comenzaron los gritos y, tras escuchar algún insulto, ella y una docena de dirigentes y militantes fieles a la secretaria de Organización abandonaron la sede.

Para entonces en la sala quedaban en torno a medio centenar de militantes, una cifra por debajo de la habitual en este tipo de reuniones, que en todo caso siempre cuentan con numerosas ausencias. Los que estaban, aprobaron una resolución que insta a los miembros del comité federal (entre ellos, María Quintas) a «rexeitar un Goberno do PP cos votos socialistas no próximo debate de investidura e que se lle esixa aos cargos da provincia [...] que defendan que non se favoreza un Goberno do PP nin por acción nin por omisión».

A su salida, Quintas ya avanzó que no atenderá tales exigencias. Restó validez a la asamblea por defectos formales en la convocatoria y porque el asunto a debatir no sería, a su juicio, de su competencia. «Como secretaria de Organización provincial no voy a participar en un paripé de más desunión», advirtió. Y añadió que «fomentar el enfrentamiento solo nos lleva a la insignificancia». Carmen Rodríguez Dacosta, secretaria general de la agrupación, la culpó a ella de lo ocurrido: «Eu creo que non deberon marchar. Nós pedimos desde o primeiro momento un debate sosegado, de ideas, e creo que provocar esas situacións non é o máis axeitado».

La ocurrido ayer en la asamblea puede servir como termómetro de lo que opina la militancia, pero la decisión no está en sus manos. La única ourensana que tendría que votar en una eventual investidura de Mariano Rajoy sería la diputada Rocío de Frutos. Ella es una de las pocas que se mantienen firmes en el no y ayer insistía en que, si es necesario, romperá la disciplina de voto del partido. «Cada vez estoy más segura. Siento vergüenza por la abstención», explicó ayer la parlamentaria, que cree que esa salida «destrozaría al PSOE para salvar al PP». Rocío de Frutos aún tiene la esperanza de que la decisión final de su partido no vaya por ahí y que este domingo haya sorpresas. «Ojalá venga la razón al comité federal».

La dirección local evita valorar la vuelta a las filas socialistas de los exediles díscolos

Después de casi tres años sin poder asistir a las asambleas por haber sido suspendidos de militancia, los cinco exediles considerados díscolos por romper la disciplina de voto del alcalde en el pasado mandato podían volver ayer por primera vez a una reunión de la agrupación socialista ourensana. En todo caso, solo asistió María Devesa, que fue recibida con besos y abrazos por los compañeros con los que tiene una mayor afinidad política o personal. Desde la dirección local, que fue la que promovió la apertura del expediente sancionador a los exconcejales, el recibimiento fue más frío, indiferente. Devesa se fue de la sede cuando se fue María Quintas.

La secretaria general del PSOE en la ciudad, Carmen Rodríguez Dacosta, no quiso hacer declaraciones y el responsable de Organización en la agrupación, Pablo López Vidal, tampoco. No obstante, fuentes próximas a la dirección local apuntan que la decisión de devolverles la militancia a esos exconcejales no ha sido una sorpresa para ellos; era lo esperado. Según los estatutos del partido, los expedientes abiertos a la militancia deben resolverse en un máximo de dos años, un plazo ampliamente superado en este caso. Además, los cambios aplicados en Madrid por la nueva gestora ya hacían prever que la situación podría solucionarse. De hecho, la ourensana Laura Seara, que se acaba de estrenar como coordinadora federal del área de Organización, fue la encargada de comunicar a los exediles que volvían a ser militantes.