Por cada diez condenas a hombres se registra en Ourense una a mujeres

p. s. OURENSE / LA VOZ

OURENSE

El Registro Central de Penados contabilizó en un año 1.433 casos con algún castigo

23 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La delincuencia, igual que el rancio y antaño popular anuncio de brandi, es cosa de hombres. Las cifras oficiales de personas inscritas por sentencia firme en el Registro Central de Penados durante el año 2015, dadas a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que en esta provincia hay una muy notable diferencia entre hombres y mujeres, con totales de 1.302 y 131 episodios, respectivamente. De los 1.433 condenados, la franja de edad en la que está más asentada la delincuencia es la que va de 21 a 30 años, con 405 personas, de las cuales 363 son hombres, según las sentencias firmes dictadas y comunicadas ese año. Veintinueve tenían más de setenta años.

Dice la estadística, por otra parte, que de los 1.433 implicados en las sentencias, 1.128 han sido condenados por un delito y 305 por dos o más. La tasa de reincidencia entre hombres es mas alta, con 287 casos con varios delitos y 1.015 con uno solo, mientras que fueron 113 las mujeres castigadas por una actuación y 18 por dos o más delitos.

La memoria ofrecida ayer por el INE dice que en la provincia de Ourense se contabilizaron 1.954 delitos en los que aparecen implicadas personas adultas, de las cuales 1.681 son españoles, 165 proceden de países de la UE, tres de extracomunitarios, ochenta son americanos y veintiséis son africanos.

En cuanto al tipo de penas que corresponden a los casos que durante el año 2015 se inscribieron en el Registro Central de Penados, en total fueron 4.231 los castigos incluidos en las distintas condenas. En 996 casos, los más abundantes, se trata de penas de prisión; en 865 se añadió la inhabilitación especial para empleo; 563 incluyeron la privación del derecho a conducir vehículos; en 125 se limitó el derecho a la tenencia de armas; en 162 casos los condenados no pudieron acercarse a las víctimas y en otros 154 se incluyó la prohibición de comunicar; 595 situaciones se resolvieron con trabajos en beneficio de la comunidad como pena, 756 condenas incluyeron una multa y en tres casos decretaron jueces y magistrados la expulsión del territorio nacional.

Las cifras del 2015 mantienen la tónica del año anterior, que se había cerrado con 1.456 condenados, de los cuales 1.318 fueron hombres y 138 eran mujeres.

Las penas, sin embargo, no llegaron a los cuatro millares, pues quedaron en 3.982: 840 de prisión, 742 de inhabilitación para empleo, 691 de trabajos en beneficio de la comunidad, 681 multas, 621 situaciones de privación del permiso de conducir, 148 prohibiciones de acercamiento a diferentes víctimas, 128 prohibiciones de comunicación, 11 privaciones del derecho a portar armas y dos órdenes firmes de expulsiones del territorio nacional.

La tendencia a la baja se hace más apreciable en relación con el 2013, año que se había cerrado con 1.510 personas afectadas, de las cuales 132 eran mujeres, con una proporción más baja a la que se ha registrado en el 2015.

En un año se dictaron 54 medidas que afectaron a chicos, con trece a chicas

La cifra de menores condenados en el 2015, aun cuando crece en relación con el 2014, sigue lejos del 2013. El resumen ofrecido por el INE deja en 67 la cifra del 2015, que en el 2014 no había pasado de 63, lejos de las 99 condenas del 2013, de acuerdo con el Registro Central de Penados. El 2015 se ha cerrado con castigos por medio de sentencia para 54 chicos y trece chicas. Entre los primeros, veinticuatro tenían 17 años; entre las menores, cuatro en cada caso eran de 15 y 17 años. De los 67 menores implicados en procedimientos judiciales en el 2015, quince fueron castigados con dos o más medidas. Sobre el total, trece eran extranjeros. Las medidas adoptadas en el pasado año fueron 91 en total, incluyendo catorce de internamiento, 28 de libertad vigilada, diecisiete de prestaciones en beneficio de la comunidad, nueve de permanencia en centros específicos en fines de semana, con doce episodios de realización de tareas socioeducativas y otras once acciones individualizadas.