La vaca de la plaza de Paz Nóvoa, con medio rabo

Cristina Marquina OURENSE

OURENSE

cedida

El vandalismo urbano alcanza esta pieda escultórica de Leandro Sánchez

20 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La vaca Popi, colorida compañera de juegos de los niños en la plaza Paz Nóvoa, ha tenido que ser trasladada al veterinario. La escultura del animal fue objeto de un acto vandálico. Unos desconocidos rompieron su peculiar rabo, rematado en brocha gorda de pintor empleado para espantar a las moscas.

Los desperfectos también afectaron a una pata del animal, que sufrió una perforación. El agujero realizado en la extremidad posterior coincide con un reguero de pintura verde proveniente del pincel que servía como cola. Como si de una fatal metáfora se tratase, la imagen parece evocar un disparo de bala al animal. El reguero de sangre verde trae a la memoria la esperanza. La confianza en que, algún día, se erradicaran, de una vez por todas, los actos de vandalismo que asolan determinadas zonas de la ciudad.

El taller del autor de esta obra de arte, Leandro Sánchez, hará las veces de centro médico para la escultura. El alcalde, Jesús Vázquez, ya ha hablado con el artista para realizar su reparación. Nadie mejor que el autor que le dio la vida para desplegar su instrumental quirúrguico y traer de vuelta al animal. Leandro Sánchez está ya trabajando en ella y en cuanto esté lista se repondrá al lugar del que nunca debió salir.

Papelera quemada

El acto vandálico también afectó al entorno de la vaca con la quema de una papelera de la céntrica plaza. Habitual imagen, por desgracia, asociada a los destrozos del mobiliario urbano.

La escultura fue donada a la ciudad por la Fundación Cum Laude y ocupaba un lugar privilegiado en la plaza Paz Nóvoa desde el día 19 de febrero. Medio año han tardado los gamberros en hacer de las suyas con la vaquilla, como queriendo dar la razón a la preocupación municipal ante este tipo de sucesos. Popi, más pronto que tarde, volverá a llenar la plaza de colorido, con la esperanza de que no se repitan atrocidades de esta índole, ni aquí ni en el resto de la ciudad.