El disparo del hombre que se atrincheró en Ourense fue accidental

La Voz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

El protagonista del suceso no tenía antecedentes de problemas psiquiátricos y la Policía cree que todo se debió a un problema de celos

27 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo ocurrió en su piso de la calle Bernardo González Cachamuíña de la capital ourensana, donde un hombre de 58 años estuvo atrincherado este lunes con un arma desde las 15.50 horas hasta las tres de la madrugada. El suceso -que terminó con su protagonista siendo víctima de un disparo accidental infligido por él mismo- tuvo lugar en Ourense, pero tiene su origen en Combarro. La Policía Nacional cree que el hombre actuó movido por los celos después de viajar allí junto a su novia. Tenían el hotel reservado hasta el martes, pero él volvió el sábado.

Desde el primer momento intentó que su pareja -con la que sale desde hace aproximadamente un mes- volviese junto a él, pero no lo logró hasta que amenazó con suicidarse. Ella prefirió quedarse en Combarro, a donde habían viajado también el exmarido de esta con la hija de ambos y la hermana del protagonista del intento de suicidio con su esposo. «Desde el sábado le empieza a dar vueltas a la cabeza y trama todo este suceso», explicó el comisario jefe provincial de la Policía Nacional, Antonio Álvarez.

Los hechos, según precisó, se precipitaron cuando el hombre avisó de sus intenciones por teléfono a su cuñado, que entonces aún seguía en Combarro. Este, preocupado por lo que oyó, se puso en contacto con el hijo del protagonista del suceso, de 19 años y fruto de una relación anterior que se rompió hace siete años. Cuando se presentó en casa de su padre, ya se lo encontró con el arma, una carabina del calibre 22, preparada para quitarse la vida. El joven llamó al 091 y, a partir de ese momento, la Policía Nacional inició el dispositivo para tratar de cerrar este episodio sin que nadie sufriese daños.

El hombre insistía en que quería ver a su novia, que se acercó al lugar de los hechos, pero por su seguridad no se le permitió entrar. Un negociador policial llegado desde Vigo trataba de convencerle de que depusiese su actitud y, por si la situación se complicaba, también se desplazó hasta Ourense una unidad de asalto con base en A Coruña. Las horas pasaban y no había avances, aunque según explicó el comisario jefe provincial, los agentes apostaron por la prudencia.

Las negociaciones se realizaron por teléfono (o, cuando el posible suicida lo apagaba, a voces a través del patio de luces). En torno a las 00.25 horas, cuando estaba hablando con su cuñado, le dice que se ha cortado las venas y en ese momento los agentes deciden no esperar más y entran en el piso con unas llaves del hijo del hombre. En su habitación seguía él -que, efectivamente, tenía unos cortes en las muñecas, aunque no se puede precisar cuándo se los habría hecho- y sostenía con una mano la carabina en su boca y con la otra tenía el dedo en el gatillo.

En esa posición, que impedía a los policías apartarle del arma, estuvo durante tres horas hasta que, según explicó el comisario, se orinó encima. Cuando iba a comenzar a quitarse la ropa mojada, hizo un movimiento involuntario y disparó la carabina sin querer. Las heridas no son graves porque la bala entró por la boca y salió por la nariz, aunque también deberá ser examinado en psiquiatría, según apuntó el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro. El hombre, pese a todo, no tenía antecedentes por problemas mentales. Por otra parte, el arma que utilizó era legal y él disponía de licencia.