El banco de leche del Cunqueiro distribuirá a Ourense tras el verano

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE

El centro vigués cuenta ya con dieciséis donantes, entre ellas una de la provincia

25 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo recoge y almacena leche de madres donantes desde principios de este mes. Todavía no se le ha dado a ningún niño, pero la coordinadora del nuevo banco de leche y jefa de sección de Neonatología, Ana Concheiro, calcula que la próxima semana empezarán a recibirla los primeros. «Empezaremos por los grandes prematuros de nuestra unidad, luego lo extenderemos a otros», dice. Los grandes prematuros son los que nacen antes de la semana 32 de embarazo -el parto normal llega en la semana 40 y solo se consideran prematuros por debajo de la 37- o bien con un peso inferior a 1.500 gramos.

El nuevo banco de leche vigués es el segundo que se pone en marcha en Galicia, casi a la par que el de Santiago, y será la referencia para Ourense. Ya ha reclutado a 16 donantes, entre ellas una de la provincia.

Actualmente tienen 15 litros almacenados en un congelador. Cuando el banco ya esté más rodado, si hay excedente, se extenderá a otros niños: los prematuros o bien otros bebés que no tienen esa condición pero que están enfermos y pueden beneficiarse del alimento más natural que existe.

A corto plazo, previsiblemente tras el verano, se establecerá un circuito para distribuir leche también a Ourense y Pontevedra y recibirla desde allí. Ya hay interesadas. La clave es garantizar la cadena de frío para que la leche no pierda propiedades.

Pasteurizar para eliminar gérmenes

Hay mujeres que producen más leche de la que sus hijos toman. El banco de leche se dirige precisamente a ellas. Para convertirse en donante hay que llamar al Hospital Álvaro Cunqueiro o contactar a través de bancoleitevigo@sergas.es. La primera vez hay que acudir al centro sanitario presencialmente. Entonces se hace una entrevista y la mujer se somete a unos análisis. Después, se le entregan unos botes, mascarillas y gorros y se le pide que almacene la leche en el congelador de casa. Después ella, su pareja u otra persona deben llevarla cada quince días al hospital y hacerlo en una nevera. Allí se congela pero además se le hace un análisis microbiológico para descartar infecciones. Se procede también a un análisis nutricional y se pasteuriza, para eliminar gérmenes. Luego se vuelve a confirmar a través de análisis que es óptima para el consumo. Solo después se da a los niños.