Amada Méndez: «En mi primer embarazo me sobraba y pregunté si podía donar pero entonces no fue así»

La Voz

OURENSE

25 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Amada Méndez era una persona sobradamente concienciada sobre la importancia de la leche materna. Es matrona en el Cunqueiro y conoce de sobra sus beneficios, porque ha visto nacer a muchos prematuros. «Hace años, en mi primer embarazo, me sobraba mucha leche y pregunté si podía donar; pero no podía», explica. Ahora que el banco de leche ya funciona, no se lo pensó. Hace dos meses nació Antón y, cuando tuvo la lactancia establecida, se acercó a neonatología. Esta semana se convirtió en donante.

Cada mañana, se lava las manos y el pecho, se pone un gorro y una mascarilla y se pasa diez minutos extrayendo la leche para almacenarla en un bote. Luego, lo mete en el congelador. Suelen ser en torno a 100 mililitros.

El plazo

Las donantes van al banco cada quince días. Todavía no le ha tocado llevar la leche. Para cuando lo haga, tendrá en torno a un litro y medio. Dice que está muy motivada y hasta «orgullosa de que en Vigo se haya montado un banco de leche».

Antón fue prematuro. Nació con dos kilos y 36 semanas y estuvo una más en neonatos. Lleva dos meses alimentado con la leche de su madre y pesa ya cinco kilos.

Ana Concheiro llevaba años tratando de poner en marcha un banco de leche con el jefe de Pediatría, José Ramón Fernández Lorenzo, director del banco. Cuando en febrero se aprobó, recibió llamadas y correos de interesadas, y el interés de los pediatras y matronas de los centros de salud. Así que algo le decía que iba a haber masa crítica suficiente. Han empezado con 16 donantes. «En Valladolid, cuando empezaron tuvieron 28 donantes en todo un año, así que no está nada mal», celebra.

Acogida

Hay incluso una donante ourensana y más de fuera de Vigo que quieren ceder su excedente de leche pero que no tienen manera de llevarla al Cunqueiro.

La coordinadora médica del banco glosa los beneficios de la lactancia materna. «El objetivo es que el niño tome la leche de su mamá, porque eso es lo mejor, según la OMS», resalta. Para las madres que no producen suficiente, se les ofrece la leche de donante, pero solo como complemento. «Así tratamos de quitar la sensación de presión para que ella pueda relajarse y producir más», explica.

La leche puede almacenarse y servirse entre dos días después y cuatro meses, pero la media será de 15 días.