La frontera infinita de la emigración

tareixa taboada OURENSE

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La exposición se puede ver en la sala de la praza Maior.
La exposición se puede ver en la sala de la praza Maior. miguel villar

Artistas gallegos en la diáspora, ahora en la sala de exposiciones de Afundación

19 abr 2016 . Actualizado a las 21:50 h.

«Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera». Neruda. Carlos Bernández comisiona la exposición titulada A frontera infinda. Os artistas galegos e a emigración nas coleccións de arte Abanca e Afundación, en la que se realiza un recorrido por la obra de creadores gallegos en la diáspora migratoria de la primera mitad del siglo XX. Época convulsa de una España paralizada e invisible por la Guerra civil, la fuga de talentos y la introducción de nuevos lenguajes y discursos plásticos, dominados por una tardía vanguardia esencialista, masculina y misógina que mantiene el binomio progresista de vanguardia y un paternalismo enquistado insinuado en el discurso de Ortega y Gasset o Buñuel. Como apunta Shirley Mangini, sobresale poderosamente la magnífica revolución expresiva que abandera la obra de la gran Maruja Mallo, «mitad ángel, mitad marisco», como ella se autodefinía representada a través de tres obras. Dos pertenecientes a la serie Máscaras. En las que introduce un surrealismo personal, onírico, festivo y folclórico , que evoluciona desde el barroquismo a la ironía y al constructivismo monumental de Cabeza rubia? Naturalezas vivas y creación incansable en una mujer que «cometió uno de los errores más destructivos e imperdonables: ser libre», en palabras de María Zambrano. Y que nunca tuvo un reconocimiento equiparable al considerable valor de su obra, dato que demuestra que también en el arte de vanguardia, incluso en la emigración, fue «cosa de hombres» consentidores de una lectura androcéntrica y unilateral.

Colmeiro muestra distintos lenguajes a través de las obras presentadas, del academicismo del Retrato de Mireya, a la construcción cúbico monumental de la figura humana en Desnudo, heredero de la descomposición de la realidad y su representación mediante planos de las Bañistas de Cézanne y un paisaje construido como armonías abstractas.

El cubismo colorista de Luis Seoane, incluído en la Generación de Os renovadores, grupo transformador del arte gallego. Partiendo de las características antropológicas de la escultura popular, del románico y el barroco, Seoane, Colmeiro, Laxeiro, Maside y Arturo Souto, acercan, a través de su discurso plástico, el arte gallego a la vanguardia. Intensos planos de color que voluminizan las formas entre gruesos trazos oscuros integrados en la composición, expresando su influencia de Matisse en la alegría del color y el Cubismo de Picasso y Léger, para evolucionar hacia la síntesis de la figura en trazos fundamentales y una iconografía entre lo popular y lo intelectual, la tradición y la vanguardia. Conquistador de la estética céltica, dentro de la universalidad del arte y en la mujer como icono.

Castelao, Gradía y Díaz Pardo

El humor inteligente, intimista, crítico y doliente de Castelao, escueto en el magnífico dibujo, arquitectura de personajes prisioneros del trazo rápido de la línea de contorno, capaz de expresar una manera de sentir, de caracterizar un tipo humano, seña de identidad. Una caricatura agridulce y de infinita ternura de la Galicia empobrecida e invisibilizada de comienzos del XX. También se hayan representados Isaac Díaz Pardo, Molezún, Botello Barros, Arturo Souto y una impresionante marina de Tino Grandío, por la que el buque de Manuel Pailós podría navegar. El informalismo matérico de José Mª Labra y el expresionismo abstracto de Mampaso pueden disfrutarse en sendas composiciones. Y la recreación de un espacio monocromo y tridimensional que Leopoldo Nóvoa edifica, a través de la geometría en el soporte plástico y con el silencio de la negación de la figura, la expresión se magnifica a partir de excelentes calidades sinestésicas. Espléndidas abstracciones de Lago Rivera en el equilibrio de sus manchas y una gran obra de Jorge Castillo que capta la angustia y soledad de la sociedad contemporánea, utilizando códigos del lenguaje urbano para subrayar las contradicciones del paisaje. Geometrías de Caruncho dialogan con la obra poética de los creadores del Granellismo, Mario y Eugenio Granell en la imponente Presencia de la sombra. Única escultura de la muestra, pequeño tótem de terracota realizado por Eugenio, viéndose ampliada por sus cuadro representando el surrealismo mas extenso y las magníficas obras de Mario Granell de máxima belleza, imaginación, optimismo y lirismo surrealista. Temperamento, creación y vanguardia se impregnan de elementos de la cultura popular gallega y se manifiestan a través de una abstracción matérica próxima al expresionismo de las cabezas de trazo grueso construídas por Saura, en los exorbitantes óleos de Laxeiro.