La seguridad colectiva exige agilidad frente a los infractores

Norberto González Trigo TENIENTE DE LA GUARDIA CIVIL DE TRÁFICO EN OURENSE

OURENSE

05 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En ocasiones, la percepción de la ciudadanía acerca de las instituciones policiales, y sobre su desempeño en el ejercicio de las funciones que tienen encomendadas, constituye un instrumento de interés para la toma de decisiones en materia de seguridad en la doble faceta de mejorar la eficiencia y la imagen de la propia institución policial.

Nos sirve ese punto de partida para modificar prácticas en los protocolos de actuación y enfocar aspectos de la actuación sobre la percepción de la sociedad en temas de seguridad subjetiva -en esta ocasión en particular, sensación de falta de seguridad colectiva- y también objetiva, que es la medición sobre la tasa real del aspecto concreto a tratar.

La A-52, además de las peculiaridades de la geografía sobre la que discurre, sirve de tránsito para muchos turistas que en épocas estivales visitan las costas del sur de Galicia, para españoles de origen gallego y también para ciudadanos de nacionalidad portuguesa que residen en diversos países de Europa, los cuales regresan a casa con sus familias con objeto de disfrutar de las vacaciones veraniegas.

Esta circunstancia, sumada al incremento y a un mayor dinamismo en las comunicaciones terrestres a lo largo de Europa, tras la eliminación de las fronteras interiores para la libre circulación de personas y mercancías, ha provocado que confluyan en una determinada vía -en este caso nos referimos al tramo ourensano de la A-52- conductores procedentes de distintos países europeos, una peculiaridad que se acentúa, si cabe, en la época concreta y en la vía a la aquí estamos haciendo referencia.

Normas internas y sociales

No solo confluyen personas residentes en distintos países, sino que de forma añadida en el instante de la actividad de la conducción, incide lo que cada pueblo, cada país, transmite a través de los diferentes modos de vida y tipos de valores sociales de sus nacionales. Y es así, precisamente, porque la conducción como actividad humana libre también se ve afectada por normas internas y de carácter social, a las que se les exige que se practiquen con madurez, responsabilidad y control de sí mismos con el fin de no crear peligros.

A los agentes encargados de la vigilancia y el control del tráfico se nos encomienda incidir en esos aspectos. En la variable de la vigilancia, tratando de que la presencia policial llegue al mayor número de lugares posibles. En cuanto al control, intervienen diferentes aspectos. Son puntales que junto con el carné por puntos han contribuido a que los accidentes de tráfico hayan descendido en estos últimos años.

Con todo, situaciones como las arriba descritas y en un mercado como el que representa la UE debe fomentarse la creación de un procedimiento ágil y uniforme para que ante un incumplimiento de las normas, se suceda una efectiva y pronta respuesta, con independencia del lugar de comisión de la infracción como de la nacionalidad del infractor. Todo ello, con el fin de que conductas como las referidas no solo deban ser objeto de disuasión ante una efectiva acción policial, sino que, además, de ese modo se habrá conseguido poner fin a esa falsa creencia de que un determinado comportamiento de riesgo conductual colectivo al volante pueda quedar exento de una respuesta legal ágil y firme.

tribuna abierta