«El sufrimiento es una opción»

ana gonzález, r.n. OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Antonio Cortés

El monasterio Chu Sup Tsang ofrece clases de meditación y tibetano

09 ago 2015 . Actualizado a las 08:49 h.

La vida en el monasterio arranca para la mayoría a las siete de la mañana con una primera dosis de meditación. Una vez que la mente ha despertado es el turno de atender las necesidades del cuerpo. La comida es todo un ritual. Primero, colocados en círculo, agradecen los alimentos con una oración en tibetano, chino y castellano. Luego se colocan en fila y esperan a que llegue su turno para coger un plato y servirse. Después cuentan con dos opciones, o desayunar al aire libre o en el comedor. Las personas que elijan esta última estancia deberán hacerlo bajo el voto de silencio. Fuera cuentan con varios cubos de agua donde cada uno limpia su propio menaje. Una vez seco, lo devuelven a su sitio, donde descansará hasta la próxima comida. Son vegetarianos, no comen ni hacen daño a ningún ser vivo. Hasta el más diminuto insecto debe ser respetado, por ello es común ver como se desplazan cuidadosamente por las instalaciones.

Por la mañana, se imparten clases de escritura y lenguaje tibetano así como de meditación. A la una repiten el ritual de la comida seguido por un pequeño descanso. Otra clase y hora de meditación ocupa parte de la tarde hasta las ocho, momento en el que se dirigen de nuevo a la casa para cenar. De nuevo, antes de dormir, dedican otro momento para meditar. Lo que persiguen con esta rutina es que el bullicio de la mente se calme. El budismo considera que nuestro interior es el único origen de lo que sufrimos. Controlando los pensamientos y las acciones voluntarias se puede superar el sufrimiento y alcanzar finalmente la armonía con uno mismo.

Algunos días del mes, los budistas se levantan a las cuatro de la madrugada para tomar preceptos. Esto quiere decir que se comprometen a no matar, no robar, no tener una conducta sexual dañina, no mentir y no consumir intoxicantes. A mayores y adaptándose a los tiempos modernos tampoco deben usar el móvil ni ver la televisión. Han de mantener estas promesas hasta el amanecer de un nuevo día. El objetivo de esta práctica es romper con las distracciones mundanas y alcanzar la paz espiritual. «Es un modo de adiestrar nuestra mente y purificarnos», asegura el Lama Gueshe.

También existen tres cursos grandes impartidos en Semana Santa, durante los últimos días de diciembre y ahora en agosto, a los cuales asisten personas de todos los rincones del mundo. Este mes, el Lama Gueshe, que está siempre viajando, descansará en San Amaro. Por este motivo, se rellenarán estatuas de buda con mantras.

Todas las actividades tienen como objetivo máximo liberar nuestra mente del sufrimiento. Por ello no solo budistas están invitados a participar. Personas con estrés o con depresión pueden probar este tipo de tratamiento. El lama Gueshe planea crear una universidad budista en San Amaro con una biblioteca compuesta por libros de todas las religiones del mundo. Cristianismo, judaísmo, musulmán... todos los libros sagrados reunidos en una misma habitación. Con esta iniciativa espera lograr un espacio propicio para el estudio y análisis del mundo y alcanzar la paz. Un sueño ambicioso, pero no imposible.