Es difícil poder asimilar que todo lo que has luchado, todo el trabajo realizado y las dificultades superadas a lo largo en una dura temporada terminen con un éxito en la pista y sin que se plasme en los despachos.
Todas las ilusiones generadas tanto en la plantilla como en la ciudad y provincia se vieron truncadas ayer por la mañana al saber que un requisito burocrático no nos permitirá jugar en donde nos merecíamos por el esfuerzo de mucha gente para alcanzar un sueño como llegar a la ACB.
Se consiguió lo más difícil que era ganarlo en la cancha y reunir una cantidad de dinero astronómica en un tiempo récord y, después de un mes «ascendiendo» nos hemos quedado al final sin que se reconozca todo lo realizado a distintos niveles. Ourense ha llevado un palo duro, nos lo hemos llevado todos los que formamos el club, las instituciones que apoyan, las empresas y todos los aficionados y hasta los que no acuden regularmente al Pazo.
Pero creo que incluso este golpe va más allá, porque además de hacernos daño a los integrantes del COB, puede afectar al baloncesto en general, porque no se sabe quién podrá subir con todos los requisitos que hacen falta y, después de lo que nos ha pasado a nosotros, lo que te provoca es perder la ilusión en cualquier categoría, por lo que al apartado deportivo se refiere.
Se ha demostrado que ganar en la cancha no significa nada ya en este mundo del baloncesto y realmente creo que se trata de algo que se está muriendo o están matando. Luego vendrán las lágrimas. A pesar de todo creo que el COB debe luchar para levantarse de este duro golpe porque entre todos puede hacerlo. Lo ha demostrado antes y lo seguirá demostrando desde hoy mismo.