De nuevo eje de la ciudad a metáfora del parón urbanístico tras la caída del PXOM

r. n. ourense / la voz

OURENSE

17 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos años, antes de que estallara la burbuja inmobiliaria y el plan de urbanismo de la ciudad se convirtiera en papel mojado, la finca Mariñamansa se había convertido en el pulmón comercial de la ciudad con más 40.000 metros cuadrados previstos para el uso terciario. Al menos sobre el papel y las maquetas. Sin embargo, a excepción de las obras de la ampliación del CHUO -el Concello cedió 24.000 metros cuadrados-, la maleza es lo único que sobresale sobre una finca en la que se proyectó de todo. Un centro comercial, un auditorio al aire libre, un polideportivo con piscina y edificios. De momento, nada. El característico camino de tierra en la zona es el único vial en un área de casi 200.000 metros cuadrados. A la espera de tiempos mejores, uno de los últimos movimientos fue el que tomó la junta de compensación. En julio de hace un año solicitó que se aprobara la urbanización de la zona para la que era necesaria una inversión de 18 millones de euros. Los proyectos para la finca Mariñamansa no son los únicos que se encuentran a la espera de que el urbanismo y la coyuntura económica vuelvan a ser lo que fueron. A escasos metros, en la zona de A Farixa, se encuentran paralizadas las obras para otro centro comercial, en este caso de Eroski. El desarrollo de la zona sur de la ciudad tendrá que esperar.