«¿Que é o que está pasando aquí, que estades todos sangrando?»

p. s. ourense / la voz

OURENSE

El acusado tiene en su haber dos condenas por incendio.
El acusado tiene en su haber dos condenas por incendio. miguel villar< / span>

Piden 26 de cárcel al acusado de intentar matar a hachazos a dos vecinos

29 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ofrecieron versiones contradictorias los implicados en un suceso que ocurrió en la aldea de Rebodepó, en el municipio de Manzaneda. El acusado y los dos heridos se llevaban mal. El primero de ellos, Carlos García Basalo, de 66 años, es viejo conocido en la Audiencia Provincial, aunque es la primera vez que se ve ante los magistrados acusado de asesinato en grado de tentativa y de otro delito de obstrucción a la Justicia. Se enfrenta a penas que, de prosperar la petición del fiscal y de los perjudicados, que ejercen la acusación particular, suman veintiséis años de prisión.

Sobre el acusado pesan dos condenas anteriores como responsables de varios incendios forestales en el entorno del pueblo. Atribuía a sus vecinos la responsabilidad de que lo hubieran detenido y juzgado, por lo que, según la versión que lo incrimina, el día 2 de enero del 2013 se armó de un hacha y agredió con ella a sus dos vecinos octogenarios. Uno de ellos confirmó la agresión. El otro, aunque acudió a la vista, no llegó a declarar. Ni escuchaba las preguntas ni se le entendía lo que decía. Al final de la vista se leyó la declaración que en su día había prestado. Estaban los dos heridos esperando la llegada del panadero cuando fueron agredidos por el acusado, que, según esa versión, salió de su casa con la machada oculta bajo una chaqueta. Los hirió. Otro vecino, que estaba de matanza, les ofreció toallas para proteger las heridas, mientras requerían la presencia de la Guardia Civil y el 061. «Que é o que está pasando aquí, que estades todos sangrando», preguntó el panadero cuando llegó para entregar su mercancía y se encontró con el panorama.

No puso el acusado obstáculos a los agentes de la Guardia Civil que se personaron en Rebodepó. Encontraron un hacha de pequeñas dimensiones y posteriormente, siguiendo las indicaciones del acusado, llegaron a la de la agresión, que estaba aparentemente limpia, como lavada para retirarle los restos de sangre.

 

 

La presencia del alcohol

 

Que el acusado había bebido aquel día lo corroboró el taxista que por la mañana lo trasladó a Manzaneda y posteriormente lo devolvió a su casa. Su estado era otro. Iba «bien preparado», hasta el punto de quedarse dormido en el vehículo, según el testimonio del chófer. «Aí está ese fillo de puta», diría al taxista al ver a Fulgencio, uno de sus vecinos, por lo que aquel le aconsejó que se dejara de tonterías y que se metiera en casa. Lo hizo, pero, posteriormente, salió.

Que el acusado bebe de más lo corroboraron también los guardias. Con carácter general y también en aquella ocasión mostraba signos inequívocos de haber bebido. Con todo, se mantenía de pie, según matizaron.

Afirmó el acusado, por su parte, que los dos heridos estaban bebidos aquella mañana. Como habitualmente, aseguró. Su reacción, de acuerdo con sus explicaciones, fue más de defensa que otra cosa. Intentarían agredirlo, uno de ellos con una herramienta metálica, e incluso en alguna ocasión dijo haber sido víctima de robos por parte de los heridos, que también habían amenazado a su madre, según hizo ver en una declaración embarullada y en un tono que llevó a la presidenta del tribunal a advertirle que se comportara o lo expulsaba de la sala.

La imputación por el delito de obstrucción a la justicia aparece asociada a una supuesta intención de matar a quienes habían declarado contra él en anteriores procedimientos como autor de incendios forestales.

La vista de este caso continuará hoy con las declaraciones de los peritos, para valorar el alcance de las lesiones y el impacto del supuesto alcoholismo.

A las peticiones de cárcel se añaden 40.000 euros para uno de los heridos y 4.000 euros al otro.