Rebeca Fernández: «Hay una regresión impresionante a los roles tradicionales»

mar gil OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

Las tecnologías favorecen el control en las relaciones de género, alerta la especialista

20 ene 2015 . Actualizado a las 12:40 h.

De la mano de la asociación Aseia, la psicopedagoga Rebeca Fernández coordinó en O Carballiño el programa de encuentros formativos «Adolescencia positiva: unha cuestión familiar».

-¿Qué es Aseia?

-Es una asociación de intervención con familias y menores de la provincia de Ourense que nació hace dos años. Todos sus profesionales venimos trabajando desde hace muchos años en el ámbito de los adolescentes -en salud mental, centros de menores, psicología clínica...- y estamos viendo la agudización de problemáticas. Nos pareció buena idea formar esta asociación para trabajar en este sentido porque veíamos que las asociaciones que hay en la ciudad son todas muy activas pero no trabajaban esta problemática de forma directa.

-¿En qué consiste el programa Adolescencia positiva?

-Surgió el año pasado como idea para trabajar con los padres, una escuela de padres itinerante para trabajar temas de actualidad. Contactamos con las ampas de Xinzo, Ribadavia, Carballiño y O Pereiro el año pasado; tuvo muy buena acogida y surgió la idea de hacer una actividad tratando las mismas temáticas con sus hijos como paso intermedio para organizar actividades entre los dos, padres e hijos.

-¿Qué preocupa más a los padres?

-La violencia filioparental, los problemas en casa, y la violencia en la escuela, todo el tema del acoso escolar y la violencia de género entre adolescentes. Hay una regresión impresionante a los roles tradicionales de género, lo estamos viendo muchísimo; de hecho, hay una campaña estatal en marcha en TV. El control en las relaciones está muy presente, tal vez por el auge de las nuevas tecnologías, que lo están normalizando muchísimo.

-¿De qué manera?

-Es algo muy inmediato y los adolescentes, aunque empiezan a ser vistos como adultos, no tienen aún las destrezas de la adultez; son mucho más vulnerables y son objetos de consumo, los bombardean de forma criminal y ya sabemos todos los valores negativos que transmite la publicidad.

-¿Y qué les preocupa a los propios adolescentes?

-Las formas de relación, por ejemplo, que no siempre son las idóneas. También les preocupa mucho el tener que aparentar ante los demás para no ser diferente, para no ser el tonto del grupo. Es normal porque necesitan la aprobación de sus iguales para sentirse bien.

-¿Las drogas ya no preocupan a las familias?

-Con los años se ha ido entendiendo que la adolescencia es una etapa de experimentación y es importante que así sea. Quitar la alarma un poco sobre el uso de las drogas ha hecho entender que el uso y el abuso no es lo mismo y que, a lo mejor, un adolescente puede usar o experimentar las drogas sin abusar de ellas; se ha desplazado la preocupación de la adicción hacia la sustancia a la preocupación por la adicción a las redes sociales y a las relaciones, a no poder estar solo, a tener que tener siempre una pareja.

-Entonces, ¿seguimos hablando de límites?

-Límites sí pero tiene que haber siempre un equilibrio, límites claros pero padres siempre afectuosos y consecuencias claras a los límites y proporcionadas. Mejor pasarse por defecto que por exceso. El apego familiar es algo muy importante, teniendo en cuenta tanta crisis económica, social y personal.

-¿Qué es lo más positivo y lo negativo del adolescente hoy?

-Lo negativo, la cantidad de información a la que tienen acceso y que no son capaces de gestionar ni integrar por sí solos de manera adecuada. Lo positivo, que son una población en la que se está desarrollando el sentido crítico. Eso de la generación perdida... las generalizaciones no nos gustan nada; ellos cada vez son más conscientes de la sociedad que nos rodea, de los problemas que tienen y de cómo les afectan. No pasan de todo ni les da todo igual.