La denunciante de este suceso padece un síndrome de estrés postraumático. Al menos en dos ocasiones precisó asistencia especializada hospitalaria. Refirió también que antes y después había protagonizado intentos de suicidio que la defensa del acusado puso en duda, en la medida en que de la autolesión para cortarse las venas no quedaba huella. Destacó el fiscal, por otra parte, cómo tres vecinos y amigos del acusado habían acudido al día siguiente del suceso a casa de la mujer para que no denunciara los hechos, coaccionándola con que podían moverse para que le retiraran la custodia de los hijos. Ellos afirmaron que únicamente fueron a verla por si necesitaba algo, pues se sabía que estaba mal. Que la mujer, a la hora de recordar los hechos, se mostrara ayer menos contundente lo atribuyó al tiempo transcurrido.