Ni Perú ni Bolivia, A Limia

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Antonio Cortés

Dos jóvenes ourensanas crían ocho alpacas en una finca de Rebordechá

14 dic 2014 . Actualizado a las 12:00 h.

No es América del Sur. Es la llanura de A Limia, concretamente el pueblo de Rebordechá, en Xinzo. Allí, en dos hectáreas de terreno, viven desde hace un año ocho alpacas, una de las dos especies domésticas de los lamas, un animal de la familia de los camélidos. Dos jóvenes ourensanas, las hermanas Beatriz y Ana Iglesias Rodríguez, dejaron atrás el paro y se involucraron en una aventura que tiene mucho que ver con la labor artesana de una de ellas. El trabajo con fibra de alpaca llevó a Beatriz a hacerse primero con cuatro animales que cuidó en una granja de Coles. Tras comprobar que podía ampliar el negocio decidió buscar más terreno. Ahora cuentan con dos hectáreas y una granja en el corazón de A Limia. Junto a ella, y como socios, están su marido y su hermana Ana. «Al principio nadie sabía nada sobre la crianza de estos animales y Coles fue como nuestro laboratorio. Allí fuimos aprendiendo. Pero las perspectivas eran las de crecer y obviamente allí no podíamos por el espacio». Y así, desde Francia, Cantabria e Inglaterra llegaron el resto de alpacas. «En España no hay muchas granjas como estas, pero en otros países es mucho más común», explica. Y nació As bolboretas, la empresa. Fue difícil encontrar un terreno idóneo: «Es lo que más nos costó. Encontrar dos hectáreas de terreno cerca de Ourense», explica. Ahora, con el lugar elegido, simplemente queda acondicionar la casa anexa para que pueda albergar un taller y un lugar en el que confeccionar el tejido. Bindi, Geli, Dinky, Félix, Helina, Bella, Lily y Queixa son ya unos vecinos más de Rebordechá. Se van adaptando al lugar y, según Beatriz, el clima es estupendo. «El año pasado llovió mucho y la humedad es lo que peor llevan, pero con el frío están muy bien». En la primavera del 2015 puede que la familia se amplíe, ya que esperan que una de las alpacas tenga una cría. «La gestación de las alpacas es de once meses y medio y, a veces, doce. Es más, la madre no pare si ve que las condiciones no son idóneas. Es capaz de aguantar el feto durante semanas hasta que cree que es buen momento», explican. Sería la segunda que criarán desde pequeña. La otra es Queixa. Cariñosas, mansas y tranquilas, las alpacas conforman ya una imagen de la llanura limiana. Al igual que Beatriz y Ana, que han visto en el rural su oportunidad.