Califican como lamentable que Estévez retirara la denuncia a última hora
15 oct 2014 . Actualizado a las 10:09 h.A la puerta del Juzgado languideció la causa emprendida por Alejandro Estévez, último presidente del ya desaparecido Club Deportivo Ourense, contra los asalariados (incluidos jugadores y técnicos) que se presentaron en su sede laboral para quejarse por los reiterados impagos de sus nóminas.
Como adelantó La Voz, el dirigente ourensanista retiró la denuncia por un escrache que consideraba coacción y la consecuencia fue la suspensión del juicio y el archivo de la causa, como detalló el letrado defensor de los trabajadores: «Esto era una falta de coacciones y es un tipo penal que es perseguible a instancia de parte, lo cual significa que, cuando media el perdón del ofendido en cualquier momento, se puede retirar la denuncia».
El abogado también valoró la situación en que la tardanza de Estévez afectó a varios de sus clientes: «En este caso, viene bien el dicho más vale tarde que nunca, evidentemente, lo que pasa es tampoco nos parece muy correcto que se espere hasta el último instante para retirar la denuncia, máxime a sabiendas de que hay chicos que se han tenido que desplazar, en concreto Borja Yebra desde Guadalajara, etcétera. Realmente me parece que ha jugado con ellos hasta el último instante».
En ese sentido se manifestaron la mayor parte de los profesionales que acudieron a la cita del juicio, ya que no se pudo remitir notificación oficial a ninguno de los demandados. En cuanto a la última plantilla rojilla, aquellos que han continuado su trayectoria en equipos de localidades más o menos cercanas a la ciudad y alguno totalmente decidido a encontrarse cara a cara con Estévez.
De hecho, nadie estaba obligado a realizar el viaje, como advirtió el propio González Iglesias, al explicar que no cabía ningún tipo de resarcimiento: «La particularidad del juicio de faltas es que los que tienen residencia fuera de la localidad donde se va a celebrar no tienen la obligación de presentarse y pueden mandar un escrito de alegaciones, como teníamos preparado para seis o siete de los que no han podido desplazarse, lo que ocurre es que alguno ha querido estar personalmente». Se cierra así otra página bochornosa de los últimos días del Club Deportivo Ourense.