La Cruz Roja celebró ayer el Día Internacional de las Personas Mayores con una charla coloquio y la apertura de una exposición en la que los usuarios de algunos de sus servicios se prestaron para ejercer de modelos. La muestra pretende reflejar la realidad de un colectivo que cada vez tiene un peso mayor en la sociedad ourensana pero que también sufre muchas carencias -un 35 % de los que han cumplido 65 años precisan ayuda para su día a día- que la entidad procura paliar a través de varios de sus servicios. A ellos se destina buena parte del presupuesto y de los recursos humanos.
Cruz Roja atiende en la provincia ourensana a más de dos mil personas mayores a través de los proyectos de ayuda a domicilio complementaria, teleasistencia, centro de día, préstamo de ayudas técnicas o respiro familiar. En este último capítulo, destinado a ayudar a los cuidadores familiares en su tarea y para mejorar su propia calidad de vida, se atendió e último año a 143 personas con la ayuda de 40 voluntarios. Y a ese voluntariado dedicó hoy palabras de agradecimiento el presidente de la entidad, José Luis Sántos-Ascarza que recordó que sin ellos muchos de esos programas no podrían llegar a los ancianos.