Le piden veinte años de cárcel por raptar y violar a una adolescente

ourense / la voz

OURENSE

En prisión desde julio del 2012, el acusado dice que la relación fue consentida

20 sep 2014 . Actualizado a las 05:20 h.

Lleva en prisión desde el 23 de julio del 2012 Joaquín Manuel O.C., el camionero de 35 años a quien una menor acusa de secuestrarla y llevarla hasta Portugal, donde, según la versión de la chica, la agredió sexualmente. La petición de la Fiscalía, a la que también se suma la madre de la menor como acusación particular, es de más de veinte años de privación de libertad y 50.000 euros de indemnización. Se enfrenta a la imputación de delitos de detención ilegal, agresión sexual y lesiones. La Audiencia de Ourense ha reservado dos días para este juicio. La defensa niega la parte más escabrosa de la acusación y sostiene que la relación fue consentida, que la chica subió voluntariamente al coche de Joaquín Manuel en la madrugada del 15 de julio, accediendo, igualmente, a acompañarlo a Portugal.

El ministerio público sostiene que el acusado se percató de la presencia de la chica en el final de la calle Marcelo Macías. Era madrugada, estaba sola y no había nadie. Le colocó una navaja en el cuello y la obligó a entrar el vehículo. Le quitó el teléfono móvil, le colocó luego la navaja en el abdomen y la amenazó con clavársela si no cerraba los ojos. Se desplazó hasta el lugar conocido como Alto de Esmorís, en la localidad lusa de Baiao. Persistió en la amenaza, bajaron del coche, el acusado exigió a la menor que se duchara y mantuvo con ella una sucesión de relaciones sexuales. Cumplió la menor las exigencias por miedo.

Sostiene la menor que a continuación se vio atada de pies y manos, con cinta adhesiva en la boca, encerrada en el baño del edificio y abandonada. Posteriormente, siempre según la versión de la menor que la Fiscalía hace suya, la introdujo en un saco, la arrastró hacia un coche atada con una cadena a una piedra. Aunque en principio le diría que la iba a matar, las súplicas de la chica hicieron, dice ella, que la llevara hasta Valença do Minho, donde le entregó 200 euros. Cogió un taxi, llegó a Vigo y acudió a la policía, donde presentó denuncia por los hechos.

Sufrió la menor, aparte de lesiones físicas, trastorno de estrés postraumático a consecuencia de la experiencia vivida, según recogen los escritos de acusación pública y privada.