Los ourensanos recuperan la capilla y la imagen de Os Remedios

Fina Ulloa / Andrea Lobo OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

Cientos de fieles acompañaron la procesión y la bendición del templo

30 ago 2014 . Actualizado a las 07:25 h.

La capilla de Os Remedios ya vuelve a estar abierta al culto. La ceremonia solemne que devolvía a los fieles ourensanos este lugar emblemático del fervor mariano se inició en la parroquia de María Auxiliadora. La iglesia estaba llena de público mucho antes de la hora prevista para el acto de bendición de la nueva imagen de la virgen, presidido por el obispo Leonardo Lemos Montanet. Una ceremonia breve que culminó con la procesión en la que la nueva figura fue acompañada a la capilla.

Allí esperaban las autoridades representantes de las tres instituciones que colaboraron en la recuperación del templo que hace cuatro años fue arrasado por el fuego: Áurea Soto por el Concello de Ourense; el conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez, acompañado por el delegado de la Xunta, Rogelio Martínez; y el alcalde de A Rúa y responsable de Cultura en la Diputación, Avelino García Ferradal.

La emoción de los fieles se desbordó justo cuando la imagen llegó al frontal de la capilla, ahora desnudo de los dos retablos que la adornaban y que quedaron absolutamente arrasados por las llamas y fue imposible recuperar. Los aplausos de recibimiento a la talla que presidirá a partir de ahora el templo acallaron los cánticos de la procesión y en muchos rostros las lágrimas eran evidentes.

Luego llegó el momento de la bendición del templo, que el obispo de Ouense recorrió de extremo a extremo salpicando las paredes con el isopo. Un templo que además pasa a tener la consideración oficial de santuario, tal y como expresó el titular de la diócesis en su homilía. «A partir de agora, tendo en conta a su capacidade e antigüidade, coa autoridade que me foi concedida queda constituída en Santuario da Nosa Señora dos Remedios de Ourense», señaló Leonardo Lemos, quien recordó que la devoción en esta ermita cuenta con cinco siglos de historia.

Un lugar cuyo nuevo aspecto parece satisfacer a la mayoría de quienes ayer quisieron acercarse para presenciar la reapertura. La bóveda de laminado de madera construida bajo el techo fue lo que más llamó la atención del público, aunque también muchos se fijaron en las huellas que recordaban el desastre, nítidas en los ennegrecidos capiteles que coronan las columnas.

Por lo demás, la intervención pareció a la mayoría respetuosa con el templo original, e incluso había quien consideraba que los cuatro años de espera eran demasiados para una actuación «que no se nota casi». En cualquier caso, los fieles ourensanos tienen de nuevo operativa su capilla.