Marta Fenollosa: «Me gusta percibir el placer de la gente que disfruta de un plato»

pepe seoane OURENSE / LA VOZ

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Antonio Cortés

La oferta gastronómica ourensana crece con un restaurante vegetariano, «Shangri-La»

28 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Se había hecho un nombre Teresa Fenollosa (Bélgica, 1959) en Mérida, donde en el año 2010 puso en marcha su primer restaurante vegetariano. Aquel Shangri-La sigue teniendo buen nombre y buenas críticas. Ella ya no tiene nada que ver con él, pero sigue la línea. Ahora está en Ourense y repite experimento en la calle Reza, asociada con su pareja, Plácido López Rodríguez.

-¿Por qué Ourense?

-Me quedo con la explicación que dio mi exsocio de Mérida para explicar allá mi marcha. Una catalana que ennovió con un gallego y se marchó a abrir un Shangri-La a Ourense. Es tan sencillo como eso. Buscamos local y nos decidimos por este.

-Un vegetariano en tierras de cerdo ibérico, o de ternera, casi parece una provocación...

-En Mérida, la verdad, empezamos siendo una tetería-coctelería que daba raciones vegetarianas y acabamos como restaurante. El local de Mérida sigue funcionando, aunque ya no tengo nada que ver con él. Aquí hemos empezado al revés, como restaurante, pero después del verano ampliaremos horario y oferta para poder tomar por la tarde un café, una infusión, una merienda, con nuestros dulces como bandera. Me está alegrando mucho la acogida que tienen.

-¿Y Shangri-La?

-Es el paraíso que pinta Horizontes Perdidos, un lugar donde se detiene el tiempo y todo es armonía y felicidad. Fue un flechazo al ver la película cuando pensábamos en el local. No ha sido por nada en particular, ni tiene otra explicación.

-¿Cómo está funcionando el restaurante en Ourense en las pocas semanas que lleva abierto?

-Tanto Plácido como yo estamos encantados. Es verdad que los primeros pasos son siempre difíciles, pero estamos satisfechos. Mucho. No es un sitio para quien desee comer carne o pescado. No tenemos en la carta. A quien le guste comer y disfrutar, sencillamente, estará a gusto con nosotros. Mucha gente repite. Nuestros raciones son abundantes y, de hecho, me permito muchas veces advertir a los clientes que no pidan tanto.

-Siempre quedará el táper, porque, además, ustedes son de los que animan a llevar a casa lo que quede en el plato...

-Directamente. Y lo bien que viene en casa para ese mismo día, o para el siguiente. Lo digo siempre cuando alguien se muestra reticente y duda de llevarse lo que le quedó o dejarlo. Hay que superar los prejuicios y la cultura del me da vergüenza pedirlo.

-Una propuesta para dos personas, a modo de ejemplo.

-Una ración de croquetas de grelos, que lleva cuatro piezas; una de fricandó de seitán y setas, una tarta fin del mundo y una tarta seducción. En total, 24 euros. Sumamos diez euros de una botella de Viña Costeira y quedamos completos.

-¿Hasta donde llegan de estrictos como vegetarianos?

-No ponemos carne ni pescado. El resto, a gusto del cliente, porque al final lo que realmente me gusta es percibir el placer que siente la gente, la felicidad de quien disfruta el plato.

-¿Más que cocinar?

- Mucho más que cocinar. Ni punto de comparación.