El Consorcio Local de Os Peares se creó en el año 1999 precisamente para atender las especiales necesidades de un pueblo como este, que se reparte entre cuatro municipios de dos provincias diferentes. La entidad cuenta con la participación, directa o aportando fondos, de la Xunta, las dos diputaciones y de los ayuntamientos implicados (A Peroxa, Nogueira de Ramuín, Ferreira de Pantón y Carballedo). Pese a todo, según los residentes, su actividad dista mucho de lo que esperaban del consorcio. «Sen competencias propias non satisface as necesidades dos veciños», dice Francisco González, que ejerce desde hace años como representante de la asociación vecinal en esa entidad.
Según explica, el presupuesto del consorcio, que ronda los 86.000 euros anuales, solo sirve para pagar el funcionamiento diario de la propia institución. No se hacen inversiones, ni tampoco se han solucionado los problemas que la división administrativa genera a los vecinos. Francisco González considera necesario, por ejemplo, que exista un plan de urbanismo común y no que cada vecino tenga unas normas en función de la zona de Os Peares donde viva. «O obxectivo era unificar o pobo e o consorcio non o conseguiu», señala González, que tampoco ve normal que la recogida de basura, el alumbrado y otros servicios municipales sean diferentes. «É unha discriminación», dice.